Los colombianos tenemos hoy la oportunidad de escoger un Congreso de la República que esté a la altura de los desafíos que nos exige el momento, evitando que lleguen allí los corruptos que solo piensan en sus egoístas intereses y no en el beneficio general. También podemos seleccionar a los mejores precandidatos que se presentan en las consultas para la Presidencia, y de esa manera asegurar que el país avance hacia rumbos más seguros y positivos. Es cierto que la imagen del Congreso es bastante negativa, debido a la presencia allí de personajes que van de escándalo en escándalo, y eso ha llevado a que la confianza de los ciudadanos en la política continúe por la senda del deterioro, hasta el punto de profundizar la indiferencia que se traduce en abstencionismo. Sin embargo, debemos entender que el único camino democrático para lograr los cambios que se necesitan es salir hoy a votar bien, a respaldar a esos candidatos que han mostrado un comportamiento ético y un compromiso serio con la solución de los problemas reales de la gente.
Ante el desprestigio de muchos de quienes ocupan curules en el Legislativo, es necesario que aprovechemos la oportunidad para llevar allí a mejores personas, que dignifiquen la política y trabajen con honestidad. Es un derecho salir a votar, pero también es un deber ciudadano que nos puede conducir a tener una democracia más fuerte. Debe ser una escogencia a conciencia, pensando en que no tengamos que arrepentirnos más adelante. Para ello, hay que fijarse en que esos aspirantes que respaldemos no tengan vicios de falta de ética, prácticas clientelistas u otro tipo de conductas censurables.
Debemos actuar para elegir un Congreso que piense con responsabilidad los temas nacionales y con el único propósito de garantizar cada vez un mayor bienestar y prosperidad a los colombianos. Eso solo depende de que los ciudadanos respaldemos a quienes tienen hojas de vida sin tacha, los que han liderado causas positivas, los que estén más capacitados para debatir con argumentos y los que representen la posibilidad de una transformación hacia el bien del país.
Confiamos en que la Registraduría Nacional del Estado Civil, como lo ha hecho en el pasado, actúe con total honradez y celeridad en el procesamiento de los resultados de las votaciones, y que aporte todas las garantías de seriedad, sin permitir ningún tipo de manipulación.
Debemos comprometernos para que el tránsito de la jornada se dé de la manera más tranquila y civilizada, y que no retrocedamos a épocas de violencia que deberían quedarse para siempre en el pasado. Esperamos que funcionen acertadamente todos los mecanismos de seguridad y de persecución del delito en todo el país, y poder así salir sin miedo a expresarse en las urnas.
Los caldenses tenemos en las manos la posibilidad de escoger unos buenos representantes a la Cámara y apoyar las mejores opciones a Senado que, además de constituir expresiones de ética real, le sirvan al departamento como un equipo que trabaje de manera sólida y contundente a favor del desarrollo que aspira la región.
