Tres elementos, por lo menos, nos ponen en una situación de ventaja frente al resto del país, cuando hablamos de reactivación económica en medio del avance de la pandemia de covid-19 que tanto ha afectado la salud, la vida social y los ingresos de los hogares colombianos y del mundo, en general. El hecho de ser Caldas la tercera región más competitiva del país (superada solo por Bogotá y Antioquia), ser la única en lograr crecimientos positivos en producción manufacturera en esta coyuntura y que tras la estricta cuarentena de comienzos del año haya recuperado cerca del 80% del empleo formal, nos permiten pensar en una reactivación que puede ser más rápida y efectiva que en otros lugares.
Esa fue una conclusión clave del foro “Por una reactivación con sentido”, organizado por la Alcaldía de Manizales y la Cámara de Comercio, en el que participaron como panelistas la asesora económica del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) Ana María Ibáñez; la cofundadora de Growthx, Claudia Aparicio Yañez; el exconsejero presidencial Carlos Enrique Moreno; el exministro de Hacienda Mauricio Cárdenas, y el director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, quienes dieron las pautas de lo que debería constituir la médula de las estrategias para volver a impulsar la economía en la región en medio de la actual emergencia sanitaria.
La tarea para cumplir con tales objetivos debería orientarse a profundizar los procesos de una capacitación más pertinente, darle un mayor impulso a la cultura del emprendimiento, fomentar la diversificación y la innovación en las áreas de producción, abrirse a buscar nuevos mercados, enfocarse en generar un desarrollo sostenible y apuntar a que haya cada vez más empleo formal. Todo esto hay que pensarlo en tareas concretas de corto, mediano y largo plazo, y en las que cada propósito apunte a derrotar la alta tasa de desempleo (actualmente en 22,3%), así como la expansión de la pobreza y de la desigualdad que vienen profundizándose por cuenta de la pandemia. Desde las administraciones públicas hay que apuntar a la inversión en obras que apalanquen el empleo.
Adicionalmente, es necesario tomar muy en serio el llamado a contrarrestar los efectos que la actual coyuntura viene teniendo en la educación, lo que la hace de baja calidad y con menor cobertura. No solucionar esto a tiempo hará que en el futuro nuestra productividad caiga, que las desigualdades se amplíen y que gran cantidad de nuestros jóvenes, especialmente los de familias más vulnerables y que tienen la peor conectividad tecnológica, se queden a mitad de camino en las metas educativas, con los consiguientes efectos para sus ingresos en el futuro. Si antes de la pandemia era importante fortalecer la educación ahora es la gran prioridad.
Un punto que también resulta clave y que mencionaron los panelistas es aprovechar la conurbación entre Manizales, Pereira y Armenia, que deben profundizar su integración y posibilidad de complementarse en materia de turismo y salud, entre otras. En el caso de Manizales aprovechar la fortaleza industrial y buscar nuevas opciones para consolidar el sector. También es vital el trabajo en materia ambiental y el aprovechamiento de la biodiversidad de la región. En fin, ampliar la visión en todos los sentidos. Queda la tarea de hacer planes concretos con los consejos de los expertos invitados.
