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La Cámara de Comercio de Manizales presentó recientemente su informe de renovación de matrículas mercantiles, en el cual se observa que este año la gran mayoría de empresarios dieron ese paso, pese a las enormes dificultades económicas planteadas por las consecuencias de las restricciones a causa de la pandemia de covid-19. De hecho, al cierre del 31 de marzo pasado, fueron renovadas las matrículas de 16.950 empresas, frente a las 16.930 del 2019 y las 16.400 del año pasado. Aunque esto puede explicarse, en parte, por el descuento del 5% en los pagos por estas renovaciones, también demuestra que hay confianza acerca de las posibilidades de recuperación en los próximos meses.
 En cierto que también crecieron las cancelaciones, ya que este año fueron 1.088 frente a las 885 del 2019, aunque la dinámica general siempre muestra este comportamiento, en el que muchas empresas que se crean se cierran. Este fenómeno no está ligado a la pandemia, necesariamente, sino que obedece a un problema estructural en el que tiene que trabajarse a fondo, con el propósito de que la gran mayoría de empresas nuevas sobrevivan en el tiempo. Como sea, son muchas más las empresas que se han creado (1.525) que las que se cerraron, de acuerdo con las estadísticas de la Cámara de Comercio, lo cual habla del optimismo que tienen los empresarios, pese a las dificultades.
 Ahora bien, resulta curioso que, así como se cierra un buen número de establecimientos de comercio al por mayor y al por menor, lo mismo que empresas de alojamiento y servicios de comida, sea en esos mismos sectores en los que, según la Cámara de Comercio, se ha creado el mayor número de nuevas sociedades. También han aparecido nuevas industrias manufactureras y de almacenamiento y empresas del sector de la construcción. Actualmente el stock empresarial (personas naturales más jurídicas) llega a las 18 mil 499 en la ciudad y los 18 municipios en los que la Cámara tiene jurisdicción.
 Es fundamental realizar análisis más profundos que expliquen el fenómeno de los comercios, los alojamientos y servicios de comida, y entender de mejor manera las causas de las aperturas y los cierres. Sin embargo, por ahora, lo clave es que haya más unidades productivas, que ojalá puedan crecer y consolidarse, para que se conviertan en generadoras de nuevos empleos y en soportes importantes para la economía local. De hecho, en el 2020 la economía nacional cayó en 6,9% y es urgente que haya una recuperación significativa este año, y así se puedan recuperar los miles de empleos perdidos el año pasado.

Lo ocurrido en Caldas muestra, además, el compromiso de los empresarios con salir adelante y su resiliencia para vencer dificultades. Sin embargo, falta que, desde el Gobierno Nacional, así como en las instancias municipales se tomen medidas coherentes con este comportamiento, que faciliten seguir avanzando en la formalidad y en nuevas apuestas productivas. En el caso de Manizales es clave que se revise muy bien el Estatuto Tributario, para que en lugar de nuevas obligaciones para estos empresarios haya estímulos que puedan impactar favorablemente en el inmediato futuro.