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Junio será definitivo para saber si en los próximos meses será posible reabrir actividades que han estado cerradas durante 8 semanas, o si por el contrario se tendrán que revisar las medidas que se vienen adoptando para normalizar el sector productivo. Hasta el momento se avanza con mucha cautela, como parte de un esquema de gradualidad responsable que es necesario mantener con el propósito de no perder lo ganado por negligencia o ligereza.

Es sensato que establecimientos de comercio que esperan desde hace semanas luz verde para regresar, como los salones de belleza y los centros comerciales, por ejemplo, recobren la dinámica a partir del 1 de junio. En todo esto es fundamental garantizar la defensa de los empleos y que los ingresos de los hogares se recuperen, para que el país pueda soportar con éxito la pandemia de covid-19, enfermedad con la que debemos acostumbrarnos a convivir, por lo menos hasta que aparezca una vacuna.

Lo vital es que la nueva normalidad venga acompañada de la apropiación de comportamientos de autocuidado, que se conviertan en hábitos cotidianos. Si a esta gradualidad responsable le sumamos disciplina social y cuidado individual podremos tener la ecuación ganadora para vencer la pandemia al mismo tiempo que se le da un nuevo aire a la economía. No es fácil avanzar positivamente en ambas cosas, pero tampoco es imposible; con voluntad y buenas prácticas podemos garantizar una sociedad sana y productiva.

Hay quienes esperaban que desde el 25 de mayo se reabriera todo lo que tuvo que ser cerrado a finales de marzo, pues los contagios a pesar de aumentar, lo hacen a una velocidad menor a la que presagiaban la mayoría de las proyecciones para esta época. Sin embargo, es prudente mantener la cautela evitando que se presenten aglomeraciones que lleven a que se pierda el control de lo hasta ahora ganado. Por ahora es acertado que el transporte aéreo nacional e internacional permanezca cerrado. Por el momento hay que hacerle seguimiento a lo que se ha reabierto y ver si es necesario hacer ajustes, o si, por el contrario, se puede ir más rápido en la vuelta a la normalidad.

Ya en Europa tenemos un claro espejo de lo que ha sido el crecimiento exponencial de covid-19 y los problemas causados al sistema de salud; también ahora que han reabierto casi todo es pertinente observar y aprender de su experiencia, y así tener en nuestro país una mayor claridad acerca de las decisiones mejor orientadas. A los adultos mayores se les permitirán algunas horas, pocas, para que salgan a tomar aire a partir del 1 de junio. Es claro que su vulnerabilidad en caso de contagio es grave, pero también es cierto que ellos son personas responsables, capaces de tomar sus propias determinaciones y conscientes de los cuidados que deben tener en las actuales circunstancias. No se merecen un trato de falsa condescendencia ni que se subvaloren sus capacidades.

Así como se ha avanzado en reabrir la economía en municipios que no tienen reportes de la enfermedad, como San José en Caldas, lo que viene será muy importante para avanzar en la reapertura por regiones o subregiones. Alcaldes y gobernadores deben actuar con enorme tino y mucha coordinación, y los ciudadanos también debemos comprender que la posibilidad de mantenernos sanos recae en cada uno; si actuamos responsablemente, con lavado de manos permanente, tapabocas en espacios públicos y distanciamiento social, como mínimo, podremos superar bien los desafíos planteados por esta pandemia.