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La ampliación de la cuarentena hasta el 27 de abril, que busca mitigar la expansión de la covid-19 en Colombia, exige nuevos esfuerzos económicos, bajo el objetivo de que el sistema de salud responda bien a la gran velocidad de contagio. Los mejores resultados se obtendrán si la menor cantidad de personas se expone a la enfermedad, lo cual se logra con disciplina social y protección de grupos vulnerables, como los adultos mayores. También niños y adolescentes, quienes deben permanecer en cuarentena hasta el 31 de mayo.

Ahora bien, siendo ya costosas las acciones que buscan evitar el colapso del sistema de salud, también es fundamental sostener la economía. No hacerlo implicaría consecuencias nefastas en múltiples aspectos y todos los esfuerzos hechos hasta ahora serían en vano. Sin ánimo de ser alarmistas, es vital ser conscientes de la necesidad de acertar para superar con éxito este desafío. La meta es aplanar la curva de la pandemia, detectar pronto los contagiados y que la capacidad del sistema de salud sea suficiente.

El presidente Iván Duque, quien inicialmente habló de aislamiento preventivo inteligente, ha dicho que la cuarentena debe ser más colaborativa, selectiva... más estratégica. Así, hay que encontrar la manera de retomar en buena medida la vida productiva en todas aquellas tareas que puedan ejecutarse sin que se conviertan en factores de riesgo de contagio. Cuidar salud y economía con igual empeño resulta clave para que el país no sufra demasiado en esta coyuntura.

Por ejemplo, es positivo permitir que las grandes obras civiles que se venían ejecutando a campo abierto puedan ser reiniciadas bajo protocolos estrictos, que ninguna de las personas que participen en ellas sea portadora del coronavirus, y que haya garantía de que a esos puntos de obra no llegará la enfermedad. Ahora que se tendrá una buena cantidad de pruebas de detección temprana, puede ser una buena manera de paliar el fuerte impacto de la parálisis. Hay regiones donde la situación está controlada, que podrían ir retomando las actividades de manera estratégica. Entendiendo que antes de cualquier decisión es fundamental que se sepa con exactitud cómo va el avance del contagio.

Es evidente que debemos evitar toda actividad que implique contacto social, que si es posible no salgamos a la calle para nada. No obstante, si una comunidad de trabajo permanece en una zona apartada bajo protocolos rigurosos, es posible evitar que el daño para la economía sea mayor. Hay sectores productivos que con protocolos claros, bien aplicados, pueden recuperar la dinámica. Lo importante es que se tomen todas las medidas de prevención tanto en fábricas como en hogares.

Y hay que entender, además, que una vez terminada la cuarentena, y mientras no exista una vacuna para la Covid-19, se tendrán que cambiar por largo tiempo los comportamientos de interacción social que podrían ocasionar rebrotes de la enfermedad. Como sociedad debemos transformarnos y tener una vida social que nos garantice la salud y la productividad, eso es algo prioritario ahora.