A partir de mañana, 27 de abril (cuando estaba previsto el fin de la primera extensión de la cuarentena, que comenzó el 17 de marzo) algunos sectores productivos que estuvieron parados empezarán a retomar la dinámica bajo estrictos protocolos de bioseguridad. El objetivo es que en medio del aislamiento social obligatorio que se mantiene hasta el 11 de mayo se puedan proteger empleos y evitar un colapso económico que sería fatal para el país.
El Ministerio de Salud, mediante la resolución 666, estableció todas las condiciones bajo las cuales se podrá operar para evitar que la pandemia de covid-19 se expanda y termine poniendo en graves aprietos el sistema de salud, como ocurrió incluso en varios países europeos y viene pasando en Estados Unidos. Hasta el momento, Colombia ha ganado tiempo para ajustar la capacidad de respuesta a este desafío de salud pública, y llegó la hora de probar que es posible encontrar un camino medio en el que tanto la salud como la economía pueden estar protegidas y bajo control.
Los empleadores de la construcción, el transporte público y de varios subsectores de la industria manufacturera tendrán la obligación de cumplir cabalmente las exigencias de la norma, como dotar a los trabajadores de los elementos necesarios de protección, y las Aseguradoras de Riesgos Laborales (ARL) deberán acompañar esa tarea. Las EPS tampoco pueden desentenderse del asunto. Los empleados tendrán la obligación de seguir las indicaciones de autocuidado. Así que ahora será fundamental el uso adecuado del tapabocas, el lavado de manos permanente y un riguroso distanciamiento social, además de otras exigencias.
Un punto clave será que, ante la sospecha de contagio de un operario se le envíe a su casa y se le practiquen las pruebas que permitan confirmar o descartar la enfermedad. Intervenciones rápidas de este tipo permitirán que las cosas sigan funcionando y que la pandemia no avance en Colombia; en esto no podemos permitirnos equivocaciones, hay que ser conscientes de que pese a las inversiones para ampliar las unidades de cuidados intensivos nuestro sistema de salud no resistiría demasiada presión.
En las empresas se deben fortalecer los procesos de limpieza y desinfección de elementos e insumos, así como de superficies y equipos de uso frecuente. También se debe tener manejo especial de los residuos y contar con buena ventilación de los lugares de trabajo. La desinfección permanente de vehículos es vital para contener la pandemia. En los hogares de los trabajadores también será necesario extremar medidas para cerrar posibilidades al contagio, y si hay indicios de presencia del virus reportarlo de inmediato.
Todos los ciudadanos, además, debemos manejar con gran responsabilidad la posibilidad salir a las calles a hacer actividad física, con los distanciamientos y cuidados necesarios. Igual ocurre con la salida de los niños, quienes no deben evitar usar instalaciones de parques públicos, y solo caminar o hacer uso de bicicletas u otros elementos propios. En la medida de las posibilidades, lo mejor siempre será quedarse en casa.
