A los 22 años de edad, con la posibilidad de ejecutar una carrera brillante en las numerosas carreras que vienen, el cundinamarqués Egan Bernal logró ayer convertirse en el ciclista colombiano que, después de 35 años de participación de deportistas nuestros en el Tour de Francia, concretó el sueño de ser el campeón de la competencia ciclística más importante del mundo. Los Campos Elíseos lo vieron llegar vestido de amarillo, el mismo color de la franja más ancha de la bandera colombiana, y el que identifica al más grande de la edición 106 del gran evento ciclístico. Egan, cuyo nombre de origen irlandés significa ser que irradia luz, es hoy el primer latinoamericano que alcanza esta proeza.
Al lado de su compañero de equipo Geraint Thomas, campeón del Tour del año pasado, el joven bogotano criado en Zipaquirá comenzó hace tres semanas la construcción de ese sueño que parecía imposible, y por el que tanto trabajaron ciclistas colombianos como José Patrocinio Jiménez, Lucho Herrera, Álvaro Mejía, Oliverio Rincón, Víctor Hugo Peña y Fabio Parra, verdaderas leyendas vivas del ciclismo. No solo es grande la hazaña que Bernal cumple para el deporte colombiano, sino incluso para la historia del Tour, al convertirse en el campeón más joven en 84 años, algo que no será fácil de superar en el futuro por otro ciclista. Por eso, la historia que hoy se escribe tiene una dimensión de la que apenas comenzamos a ser conscientes.
Fue Martín Emilio “Cochise” Rodríguez, en la década de los 60, el primer colombiano que alcanzó importantes logros mundiales y abrió el camino para que el ciclismo nuestro buscara una aventura más allá de las fronteras nacionales. Durante los años 80 y 90 del siglo pasado fueron muchas las alegrías que nos dieron los escarabajos colombianos, y tras una crisis de comienzos del siglo actual en el que hubo sequía en los triunfos internacionales, apareció una nueva generación de ciclistas que durante esta década nos ha llenado de múltiples alegrías, con nombres como Nairo Quintana, Rigoberto Urán, Esteban Chaves, Miguel Ángel López, Fernando Gaviria y Egan Bernal, quien alcanza el más importante logro, por ahora, en la historia de nuestro ciclismo.
Lo del llamado “Joven maravilla” no es, pues, una casualidad. Los dos subcampeonatos de Quintana en el Tour y el hecho de que en esta edición tres ciclistas colombianos, por primera vez, terminan en entre los 10 primeros de la carrera, evidencian que el ciclismo colombiano está pasando por su mejor momento y con un panorama claro para que en el futuro vengan todavía logros de mayor nivel. Lo más llamativo es que hace apenas cuatro años, el joven campeón no tenía claro si su vida estaría dedicada al ciclismo, ya que en la Universidad de la Sabana cursaba Comunicación Social y Periodismo, gracias a una beca otorgada por la Gobernación de Cundinamarca. Cuando era un adolescente su vinculación con el deporte la hizo en el ciclomontañismo, no en ruta, pero así son las cosas: cuando se tienen condiciones para ser campeón aparece el camino para llegar a esa meta.
A principios del año pasado, en la carrera Oro y Paz, los manizaleños lo vimos ganar en Chipre y muchos escucharon por primera vez su nombre entre los grandes ciclistas colombianos. Poco después siguió cosechando triunfos en carreras internacionales, al punto que para el Giro de Italia de este año se tuvo como una excelente opción. Sin embargo, un accidente en el que se fracturó una clavícula lo dejó fuera de la carrera y tuvo que replantear su plan para el 2019. Llegó al Tour como gregario de Thomas, pero ante la incapacidad del líder de ejecutar un buen trabajo en la montaña, Bernal tomó su lugar y así se mantuvo hasta llegar primero a París. Lo mejor de todo es que Egan es una leyenda que apenas comienza.
