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Pacto por la Transparencia y la Protección de los Niños y las Mujeres en el Deporte Colombiano. Así se denomina el flamante acuerdo firmado el pasado lunes por la Vicepresidencia de la República, Coldeportes, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer, la Secretaría de Transparencia y la Federación Colombiana de Fútbol (FCF). La idea es evitar cualquier tipo de abuso, acoso o discriminación en contra de las deportistas en todas las disciplinas y brindar garantías a los menores de edad y mujeres vinculadas al deporte. 
Este pacto es la respuesta a las denuncias de jugadoras de la Selección Colombia de Fútbol Femenino, quienes de manera clara y contundente señalaron a entrenadores y otros directivos de aprovechar sus posiciones de dominio para abusar de algunas de ellas, situación que no ha sido asumida con la seriedad que se requiere en el interior de la FCF, que contrario a realizar investigaciones y castigar a quienes serían responsables optó por la ambigüedad acerca de la continuidad o no de la Selección femenina de mayores. Por otro lado, la Fiscalía ya anunció que imputará cargos contra el extécnico de la selección Felipe Taborda, y contra el técnico y el preparador físico de la selección Sub-17 de mujeres Didier Luna y Sigifredo Alonso, por estos hechos. 
Está bien que en el órgano rector del fútbol nacional se decidan ahora a elaborar manuales y decálogos de normas muy estrictas con respecto al acoso, abuso o discriminación a las mujeres, y con la idea de ser éticos y transparentes en todos los ámbitos de esa organización, pero esa determinación debe venir acompañada de reversar las medidas que debilitan el fútbol femenino, las cuales dan la impresión de buscar tapar con un dedo una dura realidad que debería ser enfrentada de manera más estricta y clara, obedeciendo a los mínimos principios del respeto. Veremos qué pasa el próximo 11 de marzo, cuando las futbolistas le entregarán al presidente de la FCF, Ramón Jesurún, un documento en el que pretenden plasmar algunas condiciones que consideran mínimas para que el fútbol femenino pueda salir adelante. 
En los años recientes el deporte colombiano ha obtenido logros significativos que no pueden dejarse empañar por este tipo de situaciones lamentables, y en múltiples casos han sido valiosas mujeres las que nos han dado triunfos de renombre en el ámbito internacional. Lo mínimo que debe hacerse en todos los campos del deporte es trabajar para evitar conductas que vayan en contra de la dignidad de nuestras deportistas, y más bien buscar que sus grandes aportes al país sean recompensados de manera real, y sobre todo con respeto, y dándoles a sus voces el peso que merecen, sin desdeñarlas como ha pasado con las denunciantes del equipo femenino, donde incluso la fisioterapeuta tuvo que salir a respaldar otro tipo de denuncias del ámbito laboral. 
Hay que lograr que el mencionado pacto no que quede solo en palabras, debido a la coyuntura del momento, sino que trascienda y se concrete. Que de verdad haya cero tolerancia frente a cualquier caso de acoso, violación o insinuaciones de cualquier naturaleza contra nuestras deportistas, y más aún si son menores de edad. El respaldo manifestado por los jugadores de la Selección Colombia de Mayores, masculina, liderados por el volante James Rodríguez, es importante. Como sociedad debemos reflexionar a fondo alrededor de estos comportamientos que obedecen a patrones culturales equivocados, machistas, y entender muy bien el concepto de equidad de género, el cual debe ser acatado y respetado en forma íntegra.