Desde hace cerca de dos meses se anunció que muy pronto se tendría todo listo para que el Laboratorio de Biología Molecular de la Universidad de Caldas procesara una buena cantidad de pruebas diagnósticas, para detectar rápidamente las personas que fueran portadoras del coronavirus que produce la enfermedad covid-19.
Sin embargo, se tenían ayer 1.559 pruebas pendientes en Caldas, una cifra que ha ido en crecimiento constante; hace una semana eran cerca de 1.300. La razón es que todavía tienen que mandarse al Instituto Nacional de Salud (INS) las pruebas para que las convaliden, lo que se convierte en un proceso demorado y engorroso.
Después de tantos bombos y platillos, cuando el Gobierno Nacional presenta como un gran logro que ya son 64 los laboratorios habilitados en todo el país para procesar estas pruebas, hoy nos enteramos que se viene trabajando a media marcha en nuestro laboratorio, porque los equipos e insumos son insuficientes, y con apenas 30 procesos por día. De hecho, podrían ser incluso 90, si se tuviera la dotación requerida. Se evidencia en este punto falta de planeación y exceso de expectativas frente a un laboratorio que, prácticamente, no ha podido despegar.
A ese ritmo las muestras acumuladas van a crecer y no será posible tener a tiempo la información que permita reaccionar de manera más rápida a los posibles contagios que se estén dando. Ese panorama se agrava si pensamos en que, como lo afirma la misma Dirección Territorial de Salud de Caldas, cerca de la mitad de los casos activos hoy son de personas asintomáticas, lo que facilita el crecimiento de los contagios, sin que los enfermos se den cuenta de ello. Por eso, los exámenes que más se necesitan son los que puedan detectar pronto a un portador pasivo, para que se aísle y evite contagiar a otros.
De acuerdo con el rector de la institución, Alejandro Ceballos, el próximo lunes podría empezarse a recuperar algo del tiempo perdido, y con la llegada de equipos que se necesitan, entre ellos un nuevo ultracongelador, plantear de nuevo la esperanza de descongestionar el represamiento de muestras y empezar a tener una imagen más clara de la realidad.
Por el momento, pareciera que vamos a tientas, reabriendo la economía, pero también permitiendo que la pandemia avance más rápido, sin las herramientas suficientes de contención.
Así las cosas, la etapa de preparación para enfrentar con éxito la pandemia luce coja. Si para algo era necesaria la cuarentena decretada a finales de marzo, era para aprovechar el tiempo al máximo y fortalecer todo el sistema de salud, de tal manera que después pudiese reabrirse la actividad productiva con la garantía de una mayor capacidad de respuesta ante la amenaza de contagios.
Lo que estamos viendo es que se ha hecho un gran esfuerzo sin que se tengan los frutos prometidos. Los insumos y equipos que le hacen falta al laboratorio de la Universidad de Caldas debieron haberse conseguido y, asegurado su óptimo funcionamiento desde hace tiempo, pero ahora vemos que se ha tenido en todo esto una planeación ineficiente.
