Los gabinetes del alcalde electo de Manizales, Carlos Mario Marín, y del gobernador electo de Caldas, Luis Carlos Velásquez, están prácticamente completos. En ambos casos los dirigentes optaron por conformar equipos en los que resaltan jóvenes con altos niveles de formación y competencias técnicas, y una evidente mezcla con profesionales de buen desempeño en el sector público y provenientes de agrupaciones políticas que acompañaron sus aspiraciones electorales o que buscan garantizar respaldos mayoritarios en Concejo y Asamblea. Creemos que son gabinetes que bien dirigidos pueden aportar de manera muy positiva al futuro de Manizales y Caldas.
Lo ocurrido en las urnas el pasado 27 de octubre evidenció un anhelo ciudadano de cambios profundos en la manera de ejercer la administración pública, especialmente en Manizales, con mayor transparencia, mejor contacto con las comunidades y lejos de prácticas políticas tradicionales que no solo recibieron rechazo en esta capital sino en todo el país, en general. Por esto, las expectativas de la gente son bastante altas y en eso el alcalde Marín tiene la responsabilidad de ejercer un liderazgo nada improvisado, en el que su acostumbrada informalidad debe ser bien orientada, trabajando con mayor rigor en los procesos de planeación en el interior del equipo y con un orden que se refleje en la efectividad de sus ejecutorias.
Nos parece acertado que Marín haya asumido el reto de traer a la ciudad a personas talentosas que se venían desempeñando en tareas diversas en instancias nacionales, y que también haya llevado a su equipo a quienes vienen demostrando, en el ámbito local, que tienen capacidades suficientes para entender la ciudad y actuar en su beneficio. Una buena coordinación de esas fortalezas en conocimiento, energía y experiencia en campos específicos debe llevar a que la gestión de su gobierno sea exitosa. Ojalá acierte en la manera de conducir la ciudad, ya que sería muy frustrante para los manizaleños ver esa esperanza desorientada, cuando existe la posibilidad de encubar nuevos liderazgos para cambios positivos hacia el futuro.
En el caso de Velásquez, quien toma hoy posesión en el municipio de Palestina (de donde proviene su familia materna), donde se construye el Aeropuerto del Café, y con cuya construcción de ha comprometido el presidente Iván Duque, lo que los caldenses esperan es que su juventud y orientación a asuntos sociales se concreten en dinamismo y realizaciones que mejoren la calidad de vida de los habitantes de Caldas. Su propuesta de continuidad del gobierno de Guido Echeverri llena de confianza a muchos que están pendientes de que ese contacto directo con el gobernante se mantenga y fortalezca, y que la transparencia sea una bandera que se consolide. Tiene en su gabinete personas con gran experiencia en lo público que le pueden ayudar a un funcionamiento adecuado de su brújula.
Velásquez también tiene en su equipo jóvenes talentos que podrían imprimir creatividad e innovación a las acciones de gobierno y lograr avances rápidos y victorias tempranas en diversos desafíos de Caldas para tener un mayor protagonismo regional y nacional. Ha hecho carrera su frase de que “somos del tamaño de nuestros sueños”, la cual esperamos se transforme en avances significativos en educación, vida digna para todos los caldenses, nuevas oportunidades para los jóvenes, desarrollo económico y mejor conectividad entre los municipios y del departamento con los centros de poder en el país y el mundo, entre tantos otros anhelos.
Un buen trabajo en equipo en el interior de cada uno de los gabinetes, y a la vez una gran coordinación entre ambos gobiernos para sacar adelante proyectos comunes como el Área Metropolitana del Centrosur y profundizar, con los departamentos vecinos, los alcances de la Región Administrativa de Planificación (RAP) del Eje Cafetero, es lo que esperamos los manizaleños y caldenses.
