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Hasta el pasado lunes se reportaban unos 82 mil estudiantes matriculados en escuelas y colegios públicos de Caldas. El propósito de las autoridades de educación es llegar a los 87.081 este 2020, teniendo en cuenta que cada año hay menos niños y jóvenes en la región. En las distintas instituciones del departamento las puertas están abiertas para que lleguen los estudiantes y tomen los cupos que, año tras año, los pueden llevar a convertirse en personas con más herramientas para ser exitosos en la vida.
Numerosos niños y jóvenes, debido a que sus familias viven en alejadas regiones rurales, no logran ingresar al sistema escolar. Existe la idea de que su prioridad es ayudar a sus padres en las actividades económicas que les garanticen la subsistencia, pero está demostrado que la educación es la mejor inversión a mediano y largo plazo, y es el camino más expedito para eliminar inequidades sociales. Las familias que ponen la educación en primer plano logran mejorar sus ingresos y elevar su calidad de vida.
Para llevar la mayor cantidad posible de estudiantes a las aulas, la Gobernación impulsa la Matriculatón de soñadores, en la que ayudan las alcaldías, la Policía, el Ejército y representantes de las comunidades, coordinados por la Secretaría de Educación Departamental. De acuerdo con el comportamiento histórico, durante las primeras semanas, de manera gradual, se incorporan a los salones de clase nuevos alumnos, y es a finales de febrero cuando se estabiliza la asistencia. La alimentación y el transporte escolar a tiempo son fundamentales para garantizar la llegada de estudiantes. En lo del transporte se necesita mayor compromiso de los alcaldes. 
En Caldas hay una caída gradual en la matrícula en la última década, que ha sido atribuida a la existencia de menos niños y jóvenes en la región. La evidencia de este fenómeno está en los resultados del Censo de población y vivienda del 2018, realizado por el DANE, con un Índice de envejecimiento al alza. El promedio nacional es del 40,43 y en Caldas llega a 67,11, lo que indica que por cada 100 menores de 15 años hay 67 personas mayores de 65 años.
Lo que ocurre acá en disminución de alumnos, contrasta con Colombia, donde pese a la baja natalidad, los matriculados aumentan. Así, teniendo en cuenta instituciones públicas y privadas, el 2018 alcanzó en el país una matrícula general de 10 millones 104.697 estudiantes y en el 2019 se reportó un incremento de 69.193, llegando a los 10 millones 173.890 alumnos. 
De acuerdo con los datos de la Secretaría de Educación, solo Aguadas cumplió ya su meta, y 20 municipios están por encima del 90%. La Dorada, Riosucio, Chinchiná. Villamaría y Anserma, que aportan en conjunto el mayor porcentaje de estudiantes, están en este segmento. Los mayores esfuerzos para captar alumnos se hacen hoy en Marulanda, Palestina, San José, Victoria y Viterbo, donde hay más cupos sin llenar. 

En Manizales todo indica que se llegará sin problemas a la meta; se buscan 42 mil estudiantes, y hasta comienzos de esta semana se contabilizaban 41.440. Ahora bien, si tomamos en cuenta que el año pasado fueron 43.918, se reconfirma el efecto del fenómeno demográfico. Un dato que sustenta esta situación es que en el 2010 llegaron a las aulas públicas manizaleñas 57.805 alumnos. Lo que se proyecta para el 2023 es que solo sean 36.350. Lo importante en estos casos es que todos los que están en edad de ir a escuelas y colegios, sin importar si viven en zonas urbanas o rurales, ingresen al sistema educativo.