Los planes de Desarrollo que presentan los alcaldes y gobernadores deben ser instrumentos para la conversación ciudadana, una oportunidad para que los grupos interesados y cualquier persona que se sienta con razones para influir en las decisiones pueda intervenir en las propuestas. Porque estas deberán regir la inversión de los próximos cuatro años, el tiempo que dura el mandato de quien se posesionó al comienzo de este 2020. Por este motivo, se trata de una oportunidad para hacer unos municipios y departamentos más incluyentes, con miradas diversas que permitan a todos los ciudadanos tener una idea común de ciudad, al menos en los principales temas.
Aunque no lo parezca, los planes de Desarrollo son parte fundamental de la democracia participativa que se contempla en nuestro Estado Social de Derecho, como lo estipula nuestra Constitución. Pues es con este instrumento de la planeación territorial y socioeconómica, en donde el gobernante electo debe llevar sus ideas que planteó en campaña y en el programa de Gobierno, por el mismo que votaron las mayorías y, por tanto, es un mandato impuesto al alcalde o al gobernador para que se ciñan a él y lo cumplan. De ahí sale el voto programático, pero es que cumplir el programa de Gobierno empieza por lograr que las principales líneas de lo propuesto se conecten con el Plan de Desarrollo, esa tiene que ser una prioridad.
Desgraciadamente, en nuestro país poca importancia se le presta a este instrumento, único con mandato constitucional y atado a la responsabilidad política en el mundo, una de esas innovaciones jurídicas que tiene nuestro sistema legal, pero que a la hora de ponerlo en ejecución se complica. Por este motivo, es necesario que los planes que debieron presentarse en su primer borrador el pasado 29 de febrero a los consejos Territoriales de Planeación, los ciudadanos los puedan conocer y participen con ideas para las discusiones de los consejeros. Siempre será mejor el plan que tenga en cuenta a más grupos de interés, que si se hace simplemente desde lo técnico sin tener en cuenta a la comunidad y sus realidades. No olvidar que cuando el proyecto de Plan se debata en el Concejo municipal, también tienen los ciudadanos la opción de participar e influir. Es responsabilidad de todos estar enterados.
Los planes de Desarrollo deben ser cartas de navegación que guíen el mandato de una Administración, pero que sirvan además para generar riqueza en los territorios, no puede ser un instrumento que se presente para cumplir, sino que deberá tener indicadores claros que les permitan a los ciudadanos saber si lo prometido allí se está cumpliendo, y con un plan de inversiones para que se sepa de dónde van a salir los recursos. Ya hemos visto cómo se ha llegado a plantear propuestas que simplemente funcionan muy bien para acaparar votos, pero que son imposibles para los presupuestos municipales; o se habla de mucha inversión social en el papel y de nuevo en lo concreto solo se distribuye lo que la ley obliga en estos asuntos. Así pues, que no es simplemente estar atentos a la presentación de los proyectos y a su aprobación en los concejos cuando lleguen, sino que les corresponde a los ciudadanos informarse, participar y aportar, emitir sus opiniones sobre estos temas.
