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Al día de hoy cerca del 75% de los municipios colombianos (unos 820) están libres de covid-19, y el cierre de fronteras que se mantiene entre ellos puede garantizar una situación similar durante un buen tiempo. Estamos a una semana de que concluya la segunda extensión de la cuarentena, que inicialmente iba hasta el 13 de abril y luego al 26. Los resultados, hasta ahora, de la apertura gradual de la economía son positivos, con un aumento muy moderado de los contagios, lo que permitiría avanzar hacia medidas de normalización más audaces.
Ya el presidente, Iván Duque, anunció que esta semana analizará con su equipo técnico la posibilidad de coordinar con alcaldes y gobernadores aperturas más ambiciosas en aquellos lugares en los que no hay presencia de la enfermedad. Es una buena iniciativa que, de todos modos, debe hacerse de manera gradual y siguiendo protocolos de protección que garanticen que puede haber un claro control de la situación.
En el caso de Caldas se había considerado inicialmente la posibilidad de tener a Marmato como piloto de esta apertura, pero con el primer caso reportado allí el pasado fin de semana, tal vez sea mejor pensar en otra opción. De los 27 todavía hay 18 municipios a los que la enfermedad no ha llegado, y es posible pensar en alguno en el que también haya garantías de respuesta médica y de infraestructura de salud suficiente. Hay que tener claro que a la par de que se pretende reactivar la economía es igualmente vital cerrar toda posibilidad de ocurra un crecimiento exponencial de los contagios.
En todo caso, lo fundamental es que los adultos mayores continúen con las protecciones y medidas de prevención que se asumieron desde marzo pasado, ya que al ser los más vulnerables a la enfermedad hay que evitar que el coronavirus llegue a ellos. También hay que garantizar que las actividades que se reabran no impliquen aglomeración de personas, y en las que haya aplicación rigurosa de protocolos de bioseguridad.
Debemos entender que, mientras no haya vacuna, tenemos que aprender a convivir con este coronavirus y no dejarnos ganar la batalla. Al mismo tiempo, hay que comprender que la recuperación de la vida productiva en todos los ámbitos, que implique la protección de empleos que garanticen ingresos a las familias, hay que hacerla de manera muy responsable, manteniendo el distanciamiento social y con gran cultura ciudadana.
Así las cosas, aunque el próximo 11 de mayo sea levantada la cuarentena en buena parte del territorio nacional, es clave que se acaten las recomendaciones de bioseguridad para que no se disparen los contagios. La cuarentena no es una cura, es una prevención para que no colapsen los servicios de salud, por lo que que hay que respetarla. Hay que mantener disciplina y no discriminar a quienes en medio de esta emergencia están atendiendo la salud, la seguridad y los frentes de la economia que se van abriendo. Tenemos que ir retornando a la normalidad con el mayor control posible.