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La pandemia de covid-19 plantea desafíos nuevos en los que se requiere, en el presente, manejar equilibrios muy bien definidos entre la atención de la salud y la sostenibilidad económica; y hacia el futuro es fundamental proyectar estrategias que aseguren no solo crecimiento económico, sino reducción de las desigualdades y superación de las brechas e inequidades que, infortunadamente, se están profundizando por estos días.
Así que a la par de programas de impacto social se requiere que se ejecuten proyectos que logren efectos positivos para el desarrollo económico, en general, y que además ayuden a recuperar el empleo y el vigor productivo. Ese es el camino para poder decir más adelante que se sorteó con éxito la difícil coyuntura por la que estamos pasando.
El anuncio de que se invertirá el 18% del total del presupuesto del Plan de Desarrollo de Caldas en iniciativas de alto impacto, es algo que debe ser respaldado. El Comité Intergremial ya lo hizo, y es importante que todos nos empeñemos en sacar adelante este plan y que su ejecución sea realmente transparente, que se demuestre que se pueden hacer bien las cosas en la administración pública.
Para poder ejecutar estas tareas, frente a una innegable reducción de los recaudos y de transferencias nacionales reducidas, incluyendo las regalías, el Gobierno Departamental anuncia que se endeudará en cerca de $130 mil millones. Es un asunto que se discute en la Asamblea y que se relaciona con los cambios en la Matriz Plurianual de Inversiones del Plan de Desarrollo.
Gracias a que Caldas ya salió de la Ley 550 y sus finanzas son saludables es posible tomar este camino, pero hay que tener enorme cuidado para que no volvamos a caer en situaciones tan lamentables como las que teníamos hace 10 años en materia de finanzas. Hay que tomar en cuenta las observaciones hechas por el Consejo Territorial de Planeación y actuar con mucha sensatez.
En términos generales la inversión estratégica se enfocará así: $45 mil millones en vías terciarias, $39 mil millones en hospitales, $14 mil millones en escenarios deportivos, $11 mil millones en el malecón de La Dorada, $93 mil millones en vivienda, $5 mil millones en la central de beneficio del café y $62 mil millones en Aerocafé. Sin duda, este plan de inversiones podrá tener consecuencias positivas para la economía y para el bienestar social. Lo importante es que, finalmente, haya con qué pagar los recursos que se pedirán prestados para concretar estas tareas.

Debe ser esta una ecuación muy bien resuelta, en la que además de tener con qué cubrir las obligaciones crediticias, tales proyectos también representen empleo para las comunidades, nuevas opciones de desarrollo general y la reactivación económica que se busca. Que, finalmente, el resultado sea muy positivo en el mediano y largo plazo, que el esfuerzo de hoy se vea muy bien compensado en el inmediato futuro. No es un desafío de poca monta, pero solo con eficiencia y transparencia será posible lograrlo.