La Administración Municipal de Manizales acaba de presentar para debate en el Concejo el proyecto de presupuesto para el 2019. Lo primero que llama la atención es la reducción significativa (8,2%), con respecto al presupuesto que se está ejecutando en este 2018, ya que se pasará de $653 mil millones a $599 mil millones, lo cual estaría explicado en buena medida porque el año entrante no llegarán nuevos recursos del Fondo Nacional de Pensiones de las Entidades Territoriales (Fonpet), que este año se ejecutan en una cifra cercana a los $40 mil millones en el mejoramiento de la infraestructura educativa, deportiva y otras obras públicas.
No obstante, la cifra para el 2019 también sería inferior a la del 2017, cuyo presupuesto llegó a los $619 mil millones, lo que evidencia que hay en realidad un retroceso en los ingresos, y será importante analizar las fuentes distintas a los recursos nacionales que se están viendo afectadas. ¿El recaudo de los impuestos se está haciendo de manera juiciosa? ¿Hay un alto nivel de exoneraciones que debería corregirse? Son varias las preguntas que pueden plantearse. Como sea, la Administración Municipal no debe contentarse con trabajar con lo recaudado por las vías tradicionales, sino que es clave esforzarse más para elevar las cifras que puedan destinarse a la inversión, por vías de una mejor gestión en ámbitos distintos al municipal.
Aunque los concejales, en general, se manifiestan tranquilos con la propuesta presupuestal del Ejecutivo, nos parece de la mayor importancia precisar las razones por las que sectores como los de seguridad, obras públicas y gestión del riesgo tendrán reducciones de recursos por encima del 40%. Igual ocurre con los asuntos de gobernabilidad y educación que también sufren reducciones amplias en los presupuestos asignados. Lo que se nos ha dicho hasta el momento es que en las metas del Plan de Desarrollo en las áreas mencionadas se tienen niveles altos de cumplimiento, y falta muy poco para alcanzar lo trazado.
Bajo ese mismo argumento se explica que hoy es prioridad entregarles recursos más voluminosos a otras secretarías y programas de la Alcaldía, tales como Medioambiente y Deporte, que vieron incrementados sus presupuestos para el 2019 por encima del 100%. Otras alzas significativas en los dineros asignados para la próxima vigencia corresponden a ciencia y tecnología, vivienda, desarrollo rural y tránsito y transporte. Lo más importante es que el presupuesto que comenzará a ser debatido en el Concejo, en cuatro sesiones, termine ejecutado con gran eficiencia y transparencia, con un cumplimiento real de lo previsto en el Plan de Desarrollo de la ciudad.
Aunque la actual administración del alcalde Octavio Cardona ingresa a la recta final, o al remate de su gestión de cuatro años, no puede bajarse la guardia en la búsqueda de nuevos recursos del orden nacional, e incluso internacional, con miras a impulsar iniciativas que Manizales requiere con urgencia. Si bien el cambio de presidente de la República pudo llevar a que algunas gestiones se vieran interrumpidas, es fundamental que se sigan buscando nuevos recursos de cofinanciación que apunten a problemas clave y específicos. Por ejemplo, no puede renunciarse a que Fontur destine nuevos recursos a la reinstalación, en óptimas condiciones técnicas, del nuevo cable a Los Yarumos. No podemos quedarnos tranquilos con la frustración de un cable inservible que ahora es desmontado, sin que se piense en luchar para concretar ese sueño.
