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Manizales, que desde finales del año pasado pertenece a la Red de Ciudades del Aprendizaje de la Unesco, y que tiene como norte avanzar para ser un reconocido nacional e internacionalmente como centro del conocimiento, debe progresar rápidamente en el rescate de la dinámica que en los últimos tiempos perdió el Centro de Bioinformática y Biología Computacional de Colombia (Bios), el cual nació hace cerca de ocho años con la expectativa de ser epicentro de importantes investigaciones científicas de gran impacto. De hecho, su fuerte son las soluciones de computación de alto rendimiento para análisis y procesamiento de grandes cantidades de datos (big data) en agro, salud, gobierno, cosmética e industria, entre otros.
Desde distintos ámbitos se insiste en que el camino acertado para impulsar el desarrollo es lograr una mayor articulación entre la academia, el Estado y el sector productivo, además de sectores de la sociedad que propenden por impulsar iniciativas de desarrollo. En nuestra ciudad tenemos este valor agregado de Bios que podría tener un mejor destino si se logra ensamblar en ese ecosistema del conocimiento, pero más que nada en una estrategia integral de investigación aplicada que esté orientada a que seamos cada vez más productivos y competitivos frente a los desafíos de un mundo globalizado.
Por eso, es difícil entender que desde julio del año pasado Bios se encuentre sin director ejecutivo y que no se haya tenido el interés suficiente para destinar a ese centro los recursos para funcionar de manera adecuada. Por fortuna, se ve ahora la intención de darle un nuevo aire, con el que ojalá recupere el impulso y se encuentre el camino que permita alcanzar sus objetivos misionales. La presencia en Manizales el pasado miércoles de las ministras de Ciencia, Tecnología e Innovación, Mabel Torres, y de Tecnologías de la Información y Comunicaciones (TIC), Sylvia Constaín, es un mensaje muy positivo.
El presidente Iván Duque ha sido enfático en que la cuarta revolución industrial y la economía naranja tendrán todo el respaldo de su administración. Bios es justamente punta de lanza de ese tipo de visión de desarrollo y por eso confiamos en que se tendrán los recursos y las herramientas suficientes para avanzar en la tarea de hacer allí más investigación aplicada. El conocimiento procesado allí no puede quedarse en los laboratorios, ni en publicaciones especializadas solo para presumir de teorías, hay que avanzar de la mano de las universidades de la región en la adquisición de patentes y resultados concretos que se reflejen en la dinámica productiva regional y nacional.
En ese sentido, la intención manifiesta de los rectores de las universidades de Caldas y Nacional sede Manizales de involucrarse más en el funcionamiento del centro y de aprovechar de mejor manera las sinergias resulta muy pertinente. Esto, al lado de la escogencia de un director que reúna las características de conocimiento de la ciencia, pero sobre todo de habilidades gerenciales y administrativas, podrá llevar a que muy pronto se logre el objetivo de sostenibilidad y de resultados concretos para el sector productivo local, regional y nacional que se espera. 

La financiación del funcionamiento de Bios se ha basado hasta el momento en aportes de Mintic y Minciencias (antes Colciencias), y hasta el 2017 con el proyecto por regalías Caldas Biorregión, en el que ejecutaron unos $19 mil millones. Algunos negocios han permitido ingresos en los años recientes, pero la falta de gestión llevó a que se quedara sin recursos. El desafío ahora es lograr un impulso renovado y que hacia adelante no sufra más tropiezos.