Fecha Publicación - Hora

La restricción de la semana pasada en La Línea, entre Cajamarca e Ibagué, provocó que buena parte del tráfico que usa esa vía se desplazara por la alterna natural: Manizales-Bogotá. De nuevo la congestión, sobre todo en el tramo Petaqueros-Letras, nos mostró la necesidad de que se retome el proyecto de mejorar esta carretera. La Línea, a pesar de las obras que continúan para terminar el túnel y los viaductos, seguirá necesitando de alternativas y no hay otra mejor que la que atraviesa el Páramo de Letras.
Desde hace años se tienen archivadas las tres propuestas de trazado que alcanzó a presentar el Invías de lo que podía ser una mejora de la importante obra. En igual estado se encuentra una propuesta de la ANI con un consorcio privado que incluía viaductos y variantes. Inclusive el Plan de Desarrollo del anterior gobernador, Guido Echeverri, planteaba como prioridad lograr avances para concretar las obras y pasar de los proyectos, pero desde hace rato que poco interés hay en sacar adelante lo propuesto y la necesidad cada vez es mayor, si se pretende ser un departamento más competitivo. La reactivación del tren de La Dorada a Santa Marta y el proyecto del puerto Multimodal debe estar acompañada del mejoramiento de esta vía para acercar el prometedor municipio con el occidente del país.
El Fondo de Adaptación, al que se le había encargado la construcción de un viaducto de 600 metros de largo para superar la falla permanente que afecta el terreno en el sector y que provoca el cierre de la vía en épocas invernales y deterioro permanente de la calzada, con los consiguientes riesgos para los vehículos, tampoco ha vuelto a decir nada de esta obra que debió ejecutarse hace un par de años, de acuerdo con lo inicialmente prometido y que después se aplazó, al parecer, indefinidamente.
Hay que reconocer que en los últimos años se ha mejorado muchísimo la circulación por la vía, gracias a la inversión en mejoramiento de curvas, tratamiento de taludes y una que otra ampliación que favorece la seguridad, pero es evidente que sigue siendo un trazado difícil, que la cantidad de curvas no la hacen amable y que en casos como el de la semana pasada, cuando todo el tráfico pesado del centro y el occidente del país pasó por allí, sumado a la carga de automóviles que aumenta por las fiestas de fin de año, se hizo casi imposible adelantar sin arriesgar la vida. Esto debería ser razón suficiente para pensar en esa inversión, y más allá de eso, es necesaria para mejorar la competitividad del país, que haya opciones.

Fue una lástima que la dirigencia de la región no hubiera logrado que esta importante vía entrara en los proyectos 4G. No nos podemos permitir que simplemente se saque de la agenda del país, porque debe ser una prioridad. Para esto es clave que las nuevas administraciones de alcaldes y gobernadores del Eje Cafetero trabajen conjuntamente para mostrarle a Colombia la importancia de mejorar este trazado que permitiría traer turistas que les tienen pereza a las curvas, hacer que la carga prefiera esta vía y evitar riesgos, además de acercar el norte del Tolima, el occidente de Cundinamarca, incluso Bogotá; y por supuesto, el oriente de Caldas. Esperamos ver esta obra en los planes de desarrollo municipal y departamental y, sobre todo, en la agenda de gestión de los mandatarios.