Es preocupante que se tenga en Caldas un retraso de 10 días en los resultados de las pruebas de covid-19, de las cuales hay un acumulado de 3.500 que no han sido procesadas (826 de ellas en Manizales). Además, el hecho de que hasta el pasado martes 41 personas se mantuvieran hospitalizadas en la capital caldense esperando los resultados para saber si estaban o no contagiadas de esta enfermedad, nos muestra un panorama para nada tranquilizador. Si bien hasta el momento las cifras son favorables, este rezago en los diagnósticos nos muestra que la situación podría cambiar abruptamente.
Mientras que se define si son o no portadores del coronavirus, estas personas tienen que ser atendidas como si fueran pacientes covid, con el personal médico usando trajes especiales, aislamiento extremo y toda clase de cuidados para evitar posibles contagios. Eso hace que los costos de atención se eleven, que las posibilidades para pacientes con otras patologías se vuelvan más difíciles, y que los servicios de salud se saturen. Lo ideal para evitar una crisis más profunda o un colapso sería que a todas esas personas se les pudiera practicar pruebas que arrojen resultados prontos y así poder elaborar los cercos epidemiológicos que eviten los contagios. Los asintomáticos pueden ser muchos y no saber que se encuentran esparciendo el coronavirus.
Lamentablemente la velocidad con la que se realizan los análisis de las muestras es bastante más lenta que la expansión de la pandemia. Por fortuna en nuestra región pareciera que la situación no es tan crítica como en otros lugares de Colombia, pero el no tener a tiempo los resultados nos obliga a avanzar a tientas, sin la información necesaria para tomar medidas mejor sustentadas alrededor de la necesaria reactivación de sectores económicos. Es fundamental que se avance en disminuir lo acumulado en pruebas y en acortar los tiempos de espera.
Por el momento, Caldas solo tiene la opción en enviar las muestras al Instituto Nacional de Salud (INS), en Bogotá o Medellín, o procesarlas en laboratorios locales como Idime y Marcela Hoyos, donde la capacidad y disposición de evacuar rápidamente las pruebas represadas es poca, según el secretario de Salud de Manizales, Carlos Humberto Orozco. Una nueva alternativa, por fin, es el laboratorio de biología molecular de la Universidad de Caldas, con 30 procesos diarios en la primera semana y 60 de ahí en adelante. Evidentemente, estas opciones son insuficientes para poder echar abajo la barrera que nos impide tener datos en tiempo real.
Hay quienes sugieren que se implementen pruebas masivas del tipo PCR, para tratar de identificar rápido a portadores del virus y aislarlos. Se critica que esas pruebas no son muy precisas, por lo que muchos casos positivos pueden salir negativos, pero lo que sí parece claro es que cuando el resultado es positivo corresponde a un caso de contagio real. Pese a esta debilidad, con ellas se podrían diagnosticar rápidamente a muchas personas y aislarlas, en lugar de ir con una venda en los ojos todo el tiempo. Hay que buscar la manera de bajar el acumulado, que hoy es el doble del que se tenía hace un mes.
