Por cuarto año consecutivo Manizales Cómo Vamos presentó su informe acerca de la situación de la educación superior 2019 en Manizales. Esta vez se confirmó una caída en las matrículas nuevas que viene desde hace tres años, pero que al compararla con lo que ocurre en el contexto nacional es bastante menor al promedio. También se eleva la proporción de estudiantes de fuera de Manizales, que hoy provienen sobre todo de municipios de Caldas (33%), aunque también hay bastantes de otros departamentos, el 16%. O sea, que el 49% de quienes estudian en las universidades de la capital caldense no son de esta ciudad.
Otro asunto interesante es la confirmación de una cada vez mayor acogida a los programas virtuales que ofrecen nuestras universidades, campo en el cual hay enormes posibilidades de expansión, con la garantía de que en buena medida la oferta proviene de cinco universidades acreditadas como de alta calidad, que vienen avanzando positivamente en las mediciones de Sapiens Research y de Quacquarelli Symonds (QS), así como en las pruebas Saber Pro, aunque no a la velocidad que se quisiera. Como sea, el ecosistema de la educación superior de Manizales es, tal vez, el más fuerte y consolidado que se tiene hoy en Colombia, y con claras posibilidades de ser aún más sólido.
El hecho de que el año pasado la Unesco haya aceptado el ingreso de Manizales a la Red Mundial de Ciudades del Aprendizaje es un paso que, si bien no está medido aún en los resultados entregados por Manizales Cómo Vamos, sí nos ayuda a ubicarnos a la vanguardia. Eso se confirma por cifras como las del número de profesores universitarios con doctorado, en lo que somos líderes indiscutibles. No obstante, entendiendo que la educación superior debe ser una preocupación no solo de la academia, sino de toda la sociedad en sus distintas expresiones, aún tenemos debilidades en la percepción de ciudad educativa que deben ser puestas como prioridades sobre la mesa de análisis.
Un punto clave, en el que hemos logrado avances notorios en los últimos años en empleabilidad, aunque aún falta mucho trabajo de nuestros egresados en la región, con salarios de enganche que sean competitivos. En esto, el trabajo con el sector productivo, pero también con el Estado es fundamental para apuntar a una educación pertinente, enfocada en las necesidades regionales y en la consolidación de una masa crítica creativa y emprendedora, bilingüe e investigativa que aporte al crecimiento económico y a la mejora de la calidad de vida de todos los habitantes de este país.
En cuanto a investigación, también sobresalimos en grupos reconocidos por Colciencias en las categorías A y A1, las más altas, y que cada vez deben enfocarse más en ciencia aplicada, no solo para aparecer en revistas indexadas, sino para alcanzar novedosas patentes y estrechar los vínculos con el sector productivo regional y nacional. Hoy la investigación universitaria debe aspirar a convertirse en productos concretos de impacto social y económico. Los resultados de esta medición de Cómo Vamos refrenda esa posibilidad de ser líderes en conocimiento.
Hay un punto en el que es fundamental hacer énfasis, ya que seguimos teniendo niveles muy bajos en competencias ciudadanas, desde una perspectiva global. Aunque Manizales se ubica a la cabeza en el país en ese aspecto, no podemos contentarnos con eso y debemos aspirar a ser referente no solo por tener profesionales con grandes capacidades en conocimientos, sino también con condiciones humanas sobresalientes, personas integrales que brillen también por sus afinidades sociales y sensibilidad.
