Caldas tiene 27 nuevos alcaldes que llegaron a esos cargos gracias al respaldo ciudadano el pasado 27 de octubre. Las razones de esos votos, en buena medida, son el anhelo de las comunidades de que los elegidos conviertan en realidad sus propuestas de campaña. También porque sus planteamientos se identifican más con lo que la mayoría de los votantes esperan de un mandatario para su municipio. Lo cierto es que para el final de sus mandatos, en diciembre del 2023, se podrán sacar balances acerca de si las suyas fueron escogencias fallidas o acertadas, y si fueron responsables con las expectativas de sus comunidades.
En cada una de las seis subregiones de Caldas hay necesidades diversas, potencialidades que pueden aprovecharse mejor y expectativas de lograr la construcción de un mejor porvenir. En todos los casos, continuar los proyectos de vías terciarias para que los agricultores puedan transportar más fácilmente sus productos es fundamental. Cada alcalde, con el apoyo de la Gobernación en muchos casos, debe apostar a las placas huellas y hacer mantenimiento permanente a la red vial entre cascos urbanos y veredas. De ello depende en gran proporción el desarrollo municipal y el bienestar de los pobladores.
Como ya lo hemos dicho en varias ocasiones, y tomando como referente casos como el de Riosucio, los municipios deben esforzarse en concretar la actualización catastral que les permita establecer impuestos prediales razonables. Si se logran aumentar los recursos propios mediante mecanismos técnicos coherentes, será posible avanzar en la obtención de recursos para impulsar programas que ayuden a erradicar la pobreza y alcanzar una mayor equidad, al mismo tiempo que se impulsen nuevas iniciativas que generen empleo y fortalezcan las economías locales.
En un momento en el que la fortaleza municipal depende también de las alianzas con poblaciones vecinas, hay subregiones en nuestro departamento que comparten intereses por los que deben luchar de manera mancomunada. Por ejemplo, en el oriente caldense debe trabajarse para que se saquen adelante todas esas iniciativas de pequeñas hidroeléctricas que, a filo de agua y sin impactos ambientales negativos, le permitan a esa zona caldense ser autosuficiente en energía y obtener regalías de ley que ayuden a financiar otras iniciativas de beneficio común.
Si miramos el occidente del departamento, y la manera como podrá influir en esos municipios el proyecto Pacífico Tres, es un buen momento para fortalecer toda su oferta turística en conjunto, y que quienes transiten por allí en el corredor entre Cali-Medellín se detengan a disfrutar de sus indiscutibles atractivos. Los municipios del norte, inclusive, pueden compartir el mismo interés y avanzar en una conexión más rápida con dicha vía. Toda esa zona caldense tiene, además, enormes potenciales en materia minera que administrados en la forma adecuada, ayudando a los artesanales a formalizar su tarea y evitando que los ilegales ganen terreno, pueden tener efectos favorables.
El centrosur caldense espera la pronta concreción del Área Metropolitana y el impulso de proyectos con repercusión positiva en los cinco municipios, pero también con influjo hacia el resto del departamento. En ese sentido hay que concretar una mejor comunicación vial desde Manizales hacia el oriente, que no solo debe ser prioritaria para los caldenses sino para todos quienes transitan entre el centro y el occidente del país. Así, a quienes se acaban de posesionar en los 27 municipios les queda la responsabilidad de pensar más allá de las fronteras de sus poblaciones; su visión debe considerar la relación de esas entidades territoriales con el resto de Caldas, con Colombia y con el mundo.
