La situación del Hogar Geriátrico Guadalupe, del barrio La Sultana, de Manizales, en el que 83 adultos mayores y 12 empleados resultaron contagiados por la covid-19, debe servir de lección para otras organizaciones del mismo tipo, en las que es necesario que no se baje la guardia de la bioseguridad en ningún momento, porque las consecuencias de cualquier relajamiento pueden ser negativas. El viernes, en el Hogar San Francisco, en el sector de Cristo Rey, ya se hacían los respectivos seguimientos en busca de neutralizar un posible brote de la enfermedad.
Es evidente que en el caso de Guadalupe hubo fallas en las medidas. Seguramente con la idea que tienen muchos, de que ellos no serán alcanzados por la emergencia, hubo comportamientos que no se ciñeron a las recomendaciones de las autoridades de salud. Eso también evidencia que los encargados de verificar esas medidas tampoco hicieron su trabajo de la manera adecuada, y que en lugares tan sensibles para esta pandemia como los centros en los que se atiende a las personas de la tercera edad no se está haciendo lo suficiente.
Ahora bien, la reacción que se tiene ahora de aislar esos lugares de mejor manera es la indicada, y esperamos que con ello se logre contener de forma adecuada los contagios. Lo acertado es que las EPS encargadas de la salud de las personas afectadas asuman la responsabilidad de su cuidado, con aislamiento en hoteles y demás atenciones. En eso hay que tener una cobertura total, sin dejar pacientes a la deriva. Es vital, además, que el Equipo de Contención de la Pandemia (ECO) esté más activo ahora en su tarea de detectar de manera temprana posibles focos de contagio.
Sería muy lamentable que después de haber logrado durante cerca de 5 meses mantener controlada la pandemia en la ciudad, un descuido con algo que era totalmente previsible nos lleve a poner el freno en la reapertura de actividades productivas en las que se avanza. Lo ocurrido en este hogar geriátrico tiene que enseñarnos que es el momento de tener mayor disciplina social y mejores prácticas de autocuidado.
Hay que ser conscientes de que, según las estadísticas que maneja la Secretaría de Salud, el segmento de población que más se ha infectado en la ciudad con el coronavirus es el de las personas con edades entre los 20 y 49 años, quienes son las que terminan llevando la enfermedad a sus casas, donde muchos adultos mayores se enferman gravemente. Hay que tomar consciencia de que los más jóvenes tal vez se recuperen en su gran mayoría, pero no pasa igual con quienes están en avanzada edad o tienen comorbilidades.
También es pertinente reflexionar acerca de lo que ocurre en el Concejo de Chinchiná, donde 8 concejales y un funcionario de esa corporación fueron reportados como positivos para covid-19 el jueves. Es clave evitar que surjan nuevos conglomerados de la enfermedad. Así que, además de las recomendaciones alrededor de no bajar la guardia en las prácticas de bioseguridad, es fundamental evitar reuniones en recintos cerrados que no sean absolutamente necesarias.
