Un sabio adagio señala que en las crisis se conocen a los líderes, y en esta coyuntura las actuaciones del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, lo retratan de manera clara. Decidir quitarle a la Organización Mundial de la Salud (OMS) los recursos que normalmente aporta ese país es algo que no debería pasar por la mente de quien debería encabezar seriamente la solución a una pandemia tan grave como la actual. Ahora bien, solo se necesita ver las elevadas cifras de enfermos de covid-19 en ese país norteamericano para evidenciar el manejo irresponsable que se le ha dado a la situación.
Tiene razón el director de la OMS, Tedros Adhanom, al responder que su única preocupación es salvar vidas frente a la pandemia, y en eso no hay tiempo para perder. Lo cierto es que cualquier recurso menos en estos momentos para esa organización puede resultar determinante en la demora al control total de la crisis. Como es costumbre en Trump esta actitud ligera y humillante parece obedecer solo a un ataque personal contra el director de la OMS que puede terminar siendo muy costoso para el mundo. También es afín al rechazo al multilateralismo que siempre ha promovido el mandatario norteamericano.
La acusación del presidente estadounidense a Tedros Adhanom acerca de una mala gestión de ese organismo frente al nuevo coronavirus que produce la covid-19, por ser supuestamente muy benevolente con China, solo se basa en supuestos que no toman en cuenta que la peligrosidad de este coronavirus es algo que solo pudo verificarse científicamente cuando la situación ya se tornaba crítica en el país asiático. Nadie sospechó inicialmente que fuera tan contagioso. Además, Estados Unidos, al lado de Brasil, México y el Reino Unido, por ejemplo, no atendieron las recomendaciones de la OMS para contener la pandemia y hasta se atrevieron a desafiar y rechazar las medidas de aislamiento social.
Es probable que el régimen chino haya ocultado información, como lo denunciaron incluso médicos de ese país que terminaron muriendo a causa de la enfermedad, pero eso es algo por lo que no podría culparse a la OMS. Como sea, antes de recortar presupuestos era necesario investigar y tener conclusiones claras de lo ocurrido, y no al revés. Si esa organización encubrió a China, como lo argumenta Trump, debe haber sanciones, pero con su apresuramiento el presidente estadounidense se está convirtiendo en promotor de la expansión de la enfermedad.
Ojalá que la promesa de la Unión Europea de ampliar su ayuda a la OMS en las actuales circunstancias se concrete, y seguir avanzando en la búsqueda de soluciones rápidas y efectivas a la pandemia, que al cierre de esta semana llega a los cerca de 2 millones 200 mil contagiados, de los cuales unos 150 mil han muerto, según cifras de la universidad estadounidense Johns Hopkins. También es destacable que Bill Gates aporte donaciones por 250 millones de dólares, aunque faltarán muchos más recursos para cubrir el faltante presupuestal.
