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Está previsto que hoy se realice una nueva sesión de la Mesa de Calidad del Aire de Manizales, que esta vez tiene como propósito la firma del Pacto social: que no se quede en el aire. Este organismo, en el que empresas privadas y públicas comparten con organizaciones civiles el mismo propósito de luchar contra la contaminación del aire, de manera específica, empieza a extender sus alcances hacia un fenómeno que ha sido calificado como de gran cuidado en la ciudad: el ruido excesivo, por lo menos en tres lugares específicos de la ciudad.
El corredor El Cable-Milán, el Centro Histórico y la Avenida del Centro aparecen como los lugares de Manizales donde el nivel de decibeles está por encima de valores tolerables (de 70 a 75), tal y como se explicó en un informe publicado por este diario la semana pasada, con base en estudios ejecutados por Corpocaldas. En ellos se identificó que la principal fuente de ruido en la capital caldense es el tráfico vehicular, donde los pitos son los más molestos.
También hay factores de importancia como los lugares de diversión nocturna los fines de semana, la actividad industrial y la aglomeración comercial (con niveles de 60 a 70 decibeles). En cuanto a diversión nocturna, el caso de El Cable es sobresaliente, no solo por el ruido sino por otros factores que hacen molesta la situación para los residentes como la invasión del espacio público por ventas informales o publicidad exterior del comercio formal, la permanencia de jóvenes en la plazoleta de la Facultad de Arquitectura hasta la madrugada, el parqueo en zonas prohibidas y la gran cantidad de basuras en el piso, como también se denunció la semana pasada en este medio.
Los datos referentes al ruido en los tres sectores mencionados, que ya se habían surgido desde la creación del primer mapa de ruido de Manizales, en el 2014, se reconfirman esta vez. Frente a tal situación, Corpocaldas creó un plan de acción para mitigarlo, el cual se encuentra en sintonía con la alerta emitida el año pasado por Manizales Cómo Vamos en el sentido de la urgencia que existe para mejorar la calidad del aire y luchar contra el ruido, según el índice de percepción de los ciudadanos frente a ambas situaciones.
Un factor que influye bastante en esta percepción y frente a la cual poco podría hacerse en la práctica es que en la ciudad existe un uso del suelo combinado, en el que los sectores residenciales resultan vulnerables. No obstante, como la tranquilidad de los ciudadanos debe ser prioridad, se debe trabajar de la mano entre los distintos sectores para lograr el descenso de los decibeles que actualmente se soportan en algunos sectores de la ciudad a niveles que no resulten perjudiciales. En este sentido, enfocarse en la movilidad y en la manera de hacerla más amigable para el ambiente resulta fundamental, y por eso resulta pertinente que la Mesa de Calidad del Aire acoja el ruido como parte clave de sus propósitos.

Ya está claro que en los próximos cuatro años se buscará socializar el mapa de ruido y sensibiliza a la comunidad frente a tal problemática, seguirán las mediciones para ver si hay mejoras, se desarrollarán estrategias para mitigar el ruido ambiental, proteger las zonas tranquilas y trabajar en prevención. Lo ideal es que los niveles de ruido puedan descender a niveles tolerables entre 50 y 55 decibeles. Mientras tanto, se le hace un llamado a la comunidad para que denuncie los excesos en este sentido a la Policía o a Corpocaldas, para que puedan ejecutarse tareas de control. Manizales debe trabajar fuertemente en sus problemas ambientales, que han sido su talón de Aquiles para avanzar más en competitividad y en el Índice de Progreso Social (IPS).