La Industria Licorera de Caldas presentó su informe de resultados al finalizar la actual Administración y los números dan la razón a las estrategias que muchos recibieron con temor cuando se abrieron las fronteras. Ver que el Ron Viejo de Caldas ya tiene una participación en el mercado nacional del 48% también confirma que este debe ser el producto estrella y el que claramente tiene una vocación incluso exportadora, por encima del tradicional aguardiente que no ha perdido mercado, pero que mantiene márgenes muy pequeños en la torta del consumo general en el país.
El asunto aquí es cómo fortalecer la Administración de la más importante empresa pública del departamento para que no se cometan los errores de otros tiempos, como cuando la politiquería una y otra vez puso la empresa en aprietos, a pesar de las excelentes ventas. El Estado, en términos generales, no es buen administrador, pero es una realidad que esta es una empresa pública y lo seguirá siendo en la medida en que se puedan mantener los buenos resultados y se administre con las exigencias de cualquier negocio privado. Aún falta muchísimo por hacer en este sentido, por lograr que prime lo técnico todo el tiempo. En los asuntos laborales y de contratación de personal sigue habiendo mano larga que resulta difícil de sostener en el mediano plazo.
No obstante, hay que reconocer que esta Administración no se dedicó solo a abrir nuevos mercados y fortalecer las ventas, asunto que requiere de innovación permanente y de habilidad para el mercadeo. Lo que se hizo fue rodearse de personas que saben de productos y de mercados, un equipo técnico de alta calidad para responder a las exigencias de un negocio tan complejo como es el de los licores, con un entorno cada vez más enrarecido por cuenta de las malas decisiones tributarias nacionales. A esto se suma que se han brindado a la empresa herramientas que mejoren su gobernabilidad, como reducir la rotación de la junta directiva y hacer a un lado la injerencia política del gobernador para permitir que las decisiones que se tomen sean las mejores para garantizar el futuro de la destilera.
Por esto, acierta también el nuevo mandatario de los caldenses, Luis Carlos Velásquez, al anunciar que ratifica al gerente, Luis Roberto Rivas, quien ha liderado este cambio y que hoy permite al departamento disfrutar de un flujo de caja para inversiones, que ha recuperado buena parte del mercado nacional, que ha modernizado varios aspectos técnicos de la planta y que ha emprendido políticas de buen gobierno que le sientan muy bien a cualquier empresa y, sobre todo, a la que depende de los vaivenes de la política.
Queda una tarea por hacer y es la de lograr un mercado internacional sólido, sobre todo para el ron, un producto de talla mundial. Aunque ya se tienen algunos nuevos mercados abiertos y se han cambiado distribuidores que nunca cumplieron con lo prometido, esta debe ser la apuesta para el nuevo periodo y superar las reticencias que tienen los privados extranjeros para hacer negocios con una entidad pública. Si se brinda en el tiempo confianza, es posible que esta duda pueda ser superada. El resultado será que la Licorera permanezca en el tiempo y siga brindando beneficios a todos los caldenses. Que haya como brindar por ella durante mucho tiempo.
