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La visita del consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Robert O’Brien, sirvió para lanzar un nuevo plan Colombia, que ahora lleva por nombre Colombia Crece. En compañía del presidente Iván Duque, el delegado del presidente estadounidense, Donald Trump, habló de inversión en infraestructura en las regiones del país y del combate a las organizaciones dedicadas al narcotráfico. Una nueva promesa de cooperación consistente en un paquete de unos 54 millones de dólares.
El consejero de seguridad de Estados Unidos también estuvo acompañado por el asesor para asuntos latinoamericanos, Mauricio Claver-Carone, quien también aspira a ser el nuevo presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), apoyado por Colombia; el director de la Corporación Financiera para el Desarrollo Internacional, Adam Boehler, y el jefe del Comando Sur, Craig Faller. La misión de Trump se comprometió a brindarle a nuestro país un acompañamiento directo en la actual crisis por la pandemia de covid-19.
Esperamos que estos recursos sirvan, en realidad, para que se lleve desarrollo a tantas regiones colombianas abandonadas, en las que imperan los grupos armados ilegales, y en donde las comunidades ven el Estado como algo lejano que nunca se preocupa por ellas. Solo en la medida en que crezca el compromiso estatal con esos lugares de la periferia será posible ganarles la batalla a los violentos que se dedican a traficar drogas, la minería ilegal y demás negocios turbios que les garantiza enormes ganancias. Lo fundamental es que se generen empleos con iniciativas productivas que sean rentables y que garanticen un bienestar social sólido en esas apartadas regiones.
Sin duda que estas acciones de cooperación son muy valiosas en momentos en los que la economía está golpeada por los efectos de la pandemia, y hay que aprovechar muy bien ese dinero para que sus propósitos se cumplan. En este tipo de acciones es importante que se entienda que solo una estrategia bélica no podrá acabar nunca con las organizaciones criminales, y que el mejor remedio a toda esta situación es llegar con programas de beneficio que lleve a las comunidades a no dejarse absorber por la ilegalidad.
Hay que garantizar que los fines de este programa no se desvíen, como infortunadamente pasó con el Plan Colombia, que en su momento se pensó como estrategia para atacar las raíces del problema del narcotráfico, pero terminó enfocándose solo en lo militar. Para nuestro país debe ser prioridad desnarcotizar las relaciones con los Estados Unidos; que el plano de conversaciones esté más enfocado en la educación, la ciencia, las tecnologías, a lado de los asuntos económicos y comerciales.

Sería conveniente, además, como lo sugiere AmCham Colombia, que seamos parte de la iniciativa de Regreso a las Américas que el gobierno estadounidense promueve en sus empresas localizadas en China, para que trasladen sus inversiones y procesos productivos a este continente. Empresas de la industria farmacéutica, manufacturas e insumos para calzado, prendas de vestir y textiles, industria automotriz, así como también de alimentos y bebidas, entre otros, pueden tener en nuestro país un buen lugar para invertir.