Antes de la llegada del coronavirus y la posterior pandemia de covid-19 el panorama laboral del mundo era preocupante. La triste realidad es que hoy es peor, que el impacto económico ha sido tan severo que en todas partes se pierden cada día miles de puestos de trabajo, y que todavía es incierta la magnitud que alcanzará esta emergencia, como también lo es la dimensión del daño para la economía global.
La consultora McKinsey advirtió la semana pasada que solo en Europa se perderán unos 59 millones de empleos, mientras que en el último mes 26 millones de estadounidenses solicitaron subsidios de desempleo, debido a que los lugares donde trabajaban cerraron. En países como España, de enero a marzo, el empleo cayó en 285.600 personas. Lo grave es que, con seguridad, en el segundo trimestre esas cifras serán mayores, ya que lo ocurrido en abril fue muy crítico.
Hace un mes la Organización Internacional del Trabajo (OIT) calculó que como efecto de la pandemia se perderán en el mundo solo entre abril y junio 195 millones de empleos de tiempo completo, mucho más que durante la crisis financiera global de hace 12 años. Algunos analistas señalan que la afectación económica y de empleos podría ser similar a la de finales de la Segunda Guerra Mundial, en 1945. Las medidas de aislamiento social afectan actualmente a 2.700 millones de trabajadores en el mundo, que representan el 81% de la fuerza de trabajo, según la OIT.
En el caso de América Latina, la proyección es que se pierdan en esta coyuntura unos 14 millones de puestos de trabajo. A esto hay que sumar la alta tasa de informalidad en la región, de cerca del 60%, de la cual Colombia no está libre. De hecho, Manizales, que tiene el índice de informalidad más bajo del país, tenía al final del año pasado un 39%, lo que seguramente va a incrementarse en el futuro como consecuencia del confinamiento actual.
Peor aún es que son los informales los más afectados con la parálisis casi total en muchas ciudades. La esperanza es que con la reapertura gradual que comenzó el lunes para la construcción y varias industrias de manufacturas comience una recuperación, y que los protocolos de salud bien aplicados mantengan controlada la expansión del coronavirus. Hay sectores como el hotelero, de restaurantes, de entretenimiento, inmobiliario, de comercio y de espectáculos, entre otros, que tendrán que seguir esperando de manera indefinida. En todas esas áreas son cerca de 1.250 millones de trabajadores en todo el mundo.
Lo grave es que una vez desaparecida una plaza laboral recuperarla es una tarea muy difícil, y en este caso específico la posibilidad de reactivación depende de la misma evolución de la pandemia (que incluye la posibilidad de tener una vacuna) y de la efectividad de las medidas para auxiliar a las empresas, preservar el empleo y los ingresos, y estimular la economía.
