Ya es un hecho que Colombia tendrá Ministerio del Deporte; al proyecto solo le falta la sanción presidencial para convertirse en ley y comenzar a implementarse. De acuerdo con lo aprobado, Coldeportes, que es departamento administrativo, se transformará en cartera ministerial, con lo que sube de estatus, aunque lo deja expuesto a un manejo más político y menos técnico. Ojalá esa solo sea una corazonada que no se convierta en triste realidad, y que para mediados del 2020 el cambio esté operando sin más burocracia, aunque sí con el doble del actual presupuesto de $560 mil millones, como es el compromiso del Gobierno. Los recursos adicionales tendrán que ser para garantizar la promoción de los deportistas, no para pagar funcionamiento.
En términos prácticos, el cambio de fondo es que el deporte tendrá asiento en el Consejo de Ministros, donde se toman las decisiones gruesas de los presupuestos nacionales. Quien esté al frente de esa cartera, que en principio sería el actual director de Coldeportes, Ernesto Lucena, seguirá con la responsabilidad de liderar todos los procesos deportivos en el país.
Hay quienes se preguntan si era necesario crear un nuevo ministerio para asegurarle respetabilidad en medio de la estructura del Ejecutivo, o si podía seguirse bajo el mismo esquema de departamento administrativo y luchar más en la búsqueda de recursos para impulsar a nuestros deportistas, quienes valga la verdad en los últimos 10 años nos han regalado logros crecientes en distintas disciplinas. Las posiciones en contra aseguran que el beneficio real para la actividad deportiva no está garantizado y que solo se crearán nuevas "corbatas" con mínimo impacto en el objeto misional del Ministerio.
Se espera que además de acompañar a los deportistas de alto rendimiento, la nueva cartera sirva para trazar una política seria en materia de deporte recreativo para las comunidades y buen uso del tiempo libre de los jóvenes. El nuevo esquema de la entidad tiene que servir para fomentar actividades saludables y todo tipo de programas para que los ciudadanos tengan más y mejores alternativas deportivas. Además, que los jóvenes con capacidades físicas sobresalientes puedan desarrollar todo su potencial al mismo tiempo que se formen como buenas personas.
Otro propósito fundamental es que se recupere el laboratorio en el que se puedan practicar las pruebas antidopaje, debido a que el que había fue descertificado hace dos años por no cumplir los requerimientos técnicos. Como se denunció en este diario el pasado fin de semana, distintas disciplinas deportivas tienen problemas con sustancias dopantes que terminan no solo perjudicando las vidas de muchos deportistas, sino disolviendo posibilidades de futuro, como ocurrió con el equipo de ciclismo de Manzana Postobón recientemente. Hay que pensar muy bien acerca del fondo de este asunto, donde voces como la del ciclista caldense Juan Pablo Villegas, advierten que el sistema castiga y utiliza a jóvenes que más adelante podrían quedarse sin alternativas de subsistencia, lo que ayuda a que algunos quieran mostrar mejores resultados haciendo uso del dopaje.
También será el nuevo ministerio el que acompañe al Eje Cafetero en la realización de los Juegos Deportivos Nacionales del 2023, que podrían convertirse en referente de lo que debe hacerse en este tipo de eventos. Para nuestra región y para el Ministerio del Deporte será un gran desafío, ya que no puede volverse a caer en situaciones como la vivida en los pasados Juegos, en el Tolima, donde varios escenarios se quedaron a mitad de camino y no pudieron ser utilizados para las justas.
