Las dudas sembradas en el manejo de la Asociación Cable Aéreo de Manizales (ACAM) en la pasada administración dejaron un lastre al que se suman ahora los cuestionamientos que se hacen por las decisiones que tomó el gerente que estuvo hasta diciembre pasado, Herman Loaiza. Nombró personal, aumentó salarios de manera desproporcionada y concedió primas extralegales, actuación que deja mucho qué desear si se tiene en cuenta que esto sucedió después de las elecciones, cuando se supo que habría cambio en la Alcaldía.
La revisoría fiscal, a cargo de una empresa seria como lo es Nexia, a la que tuvieron acceso LA PATRIA y la Corporación Cívica de Caldas, deja claro que todas estas operaciones, que le cuestan millonarias sumas a la entidad, se hicieron sin planeación de los recursos, sin justificación sobre la necesidad del servicio y pasando por encima del Consejo Directivo. Alega en su favor el exgerente, que esos cargos estaban aprobados desde el 2013. La pregunta es ¿por qué esperó hasta el último momento para cumplir con ese propósito y cuál era el interés de entregar primas y dejar amarrados nombramientos, cuando justo en ese momento la Superintendencia de Transporte cuestionaba la actuación de la administración en el Mío Cable, de Cali, que opera, y del que está en duda su continuidad?
Es increíble que a estas alturas la justicia no se haya pronunciado de fondo sobre las actuaciones referentes a la compra de tarjetas para el pago de pasaje, ni que se tengan responsables por las fallas que presentaban los lectores de estas tarjetas y que permiten concluir que la evasión en el pago fue altísima, o que la Contraloría además de advertir de las fallas no haya tomado en su momento decisiones de fondo. No se puede olvidar que una de las principales entidades que puso reparos a lo que estaba sucediendo en el cable fue la Gerencia de Inficaldas, que tenía razones de peso para desconfiar de lo que allí venía sucediendo.
Hay que tener en cuenta que cuando hablamos de recursos mal invertidos en este sistema de transporte, estamos hablando de seguridad de los pasajeros y de vidas humanas. Según el informe de la Revisoría, al jefe técnico que advirtió a tiempo de las necesidades de hacer mantenimiento en el sistema de Cali, ante el desgaste del cable principal, no le hicieron caso y lo apartaron de su cargo, lo que a la postre llevó a su cierre durante varios días. La nueva contralora tiene aquí una oportunidad de mostrar que efectivamente tiene la intención de aportar a la mejora de la Administración, y no como ha sido costumbre de esa dependencia de publicitar hallazgos que no terminan condenas efectivas.
La tarea que tiene la nueva Administración es gigantesca para desenredar este entuerto que encontró. Es también una lección para el sistema de cables que prometió construir el alcalde, Carlos Mario Marín, como se lo ha soñado la ciudad desde hace tiempos. Claramente requiere que se tengan en consideración todos estos problemas presentados para advertir sobre la importancia de blindar de la politiquería la administración del sistema, de lo contrario podemos sufrir situaciones como las que ocurren hoy y para las que se busca solución.
