Fecha Publicación - Hora

El Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE) dio a conocer el jueves pasado dos datos que ofrecen un panorama contradictorio a los cuales hay que prestarles la mayor atención. Por un lado, informó que durante enero el desempleo nacional se ubicó en 12,7%, un punto por encima de la cifra de enero del 2018, cuando alcanzó el 11,7%. Esta dinámica de la ocupación viene marcando tal tendencia en los meses recientes, después de varios años de constante caída. El otro dato fue el crecimiento de la economía colombiana en 2,7% en el 2018, cumpliendo las predicciones de la mayoría de analistas, los mismos que prevén que durante este año el crecimiento puede estar alrededor del 3,6%.
Los cálculos en términos reales señalan que la economía se expandió el año pasado en $854 billones, según el informe del Producto Interno Bruto (PIB) elaborado por el DANE, lo que es una buena noticia, si se tiene en cuenta que 2016 y 2017 experimentaron crecimientos más bajos, y se prevé que en los años venideros podría superarse el 4%, que si se distribuye bien, podría garantizar un mayor bienestar para todos los colombianos. En el caso del 2018 resulta curioso que, pese a que todos los sectores (menos el de minería), crecieron de buena manera, haya sectores como el agropecuario que reporten pérdidas de empleos, unos 140 mil de acuerdo con el informe.
El crecimiento de la industria manufacturera y de la construcción es destacable, pues son actividades que impulsan muchos sectores y fomentan la formalización de la economía. De acuerdo con las distintas variables que influyen en el PIB, en los próximos años hay posibilidades de consolidar esa tendencia, con lo que se daría solidez a las bases sobre las cuales se funda la economía, desde luego si hay un manejo juicioso desde el Gobierno Nacional. Eso influiría en la generación de empleo, que por estos días se aprecia golpeado y con proyecciones no muy favorables. Hay que lograr que los puestos de trabajo crezcan al mismo ritmo de la expansión de las cifras económicas, y así apuntar a cerrar brechas y ganar en equidad.
Debe comprenderse que la mejor política social que puede implementarse en un país es que genere empleos y logre que a los hogares, sin distingo, lleguen ingresos nuevos que ojalá sean invertidos de tal forma que repercuta en calidad de vida para todos sus miembros, y así ganar productividad en forma constante. Cuando logremos en Colombia tener pleno empleo y que además sea realmente productivo, podremos garantizar crecimientos económicos sostenidos de alto nivel, y con ello la superación de la pobreza, condiciones más equitativas para todos y un comportamiento del país más cercano al desarrollo.

Un punto que debe ser analizado, y que podría estar influyendo para el incremento del desempleo en el país es la alta migración desde Venezuela, que genera competencia laboral con los trabajadores colombianos. De hecho Cúcuta, ciudad ubicada en la frontera, es la que reporta la tasa más alta entre las capitales de departamentos. Eso también explicaría el incremento de la informalidad en varias ciudades, porque en una coyuntura como la actual es evidente que en las regiones limítrofes el rebusque va en aumento. Se necesitan políticas que atiendan la presión laboral que se incrementa con la llegada de tantos habitantes del país vecino, calculada hasta ahora en poco más de un millón de personas. No hacerlo podría llevar a que se generen problemas a la economía que la hagan perder ritmo.