La economía colombiana crece un poco por encima de lo esperado. Para el tercer trimestre de este año el crecimiento revelado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) fue del 2,7% con respecto al Producto Interno Bruto (PIB) del mismo trimestre del año pasado, lo que indica un mejor comportamiento y la posibilidad de que si no se cae en el ritmo, el cuarto trimestre del 2018 esté cerca del 3%; la dinámica de dicho periodo, por lo general, es más alta que en el resto del año. Debemos reconocer que durante este año hay altibajos, porque en el segundo trimestre el crecimiento fue del 2,8%, y en ese contexto lo que hay es una leve caída, y ante tal sensibilidad la responsabilidad es cuidar todas las variables.
Aunque los mayores jalonadores del crecimiento en el tercer trimestre fueron los del grupo de administración pública y defensa; planes de seguridad social de afiliación obligatoria; educación; actividades de atención de la salud humana y servicios sociales, con 4,5%, hay que destacar el impulso dado por la industria manufacturera, con un crecimiento del 2,9% en el trimestre. También fue importante la dinámica del comercio al por mayor y al por menor; reparación de vehículos automotores y motocicletas; transporte y almacenamiento; alojamiento y servicios de comida, con un 2,6%. El sector minero y la construcción impactaron, así mismo, de manera positiva, pero todavía no en el nivel que se espera.
El gran bache en la tendencia positiva corrió por cuenta del grupo de agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca, con apenas el 0,1% de crecimiento. Ese sector había sido el de mayor impulsor en los años recientes, y el que había dado la mano a la economía, en general. Parece esto ser reflejo de lo que ha venido ocurriendo con el café, donde los precios internacionales no han sido los mejores y los productores han sentido la crisis en los ingresos, pese a una tasa de cambio alta. Sin embargo, en términos generales se percibe un ambiente favorable para continuar creciendo a ritmo moderado. Durante los primeros nueve meses del año el crecimiento fue del 2,5%, respecto al mismo periodo anterior. Así las cosas, es probable que se cumplan las expectativas del Banco de la República de un crecimiento acumulado para el 2018 entre el 2,6% y el 2,7%.
El repunte de la industria y del comercio es bastante positivo, sobre todo el del primero, porque ese sector es el que tiene una proporción mayor de empleo formal, que es una de las tareas principales que tiene Colombia para los próximos meses y años. Con respecto al comercio, resulta muy importante cuidar que el consumo no se afecte el año entrante, si queremos que la economía mantenga su tendencia de crecimiento. En esto, resulta fundamental que desde el punto de vista del liderazgo presidencial no se cometan más errores con la Ley de Financiamiento y con el tratamiento dado a la crisis de la educación pública superior, que de acuerdo con las encuestas recientes de favorabilidad serían las responsables de su mala calificación en los primeros 100 días de gobierno.
Frente a las previsiones que se tenían desde el año pasado el comportamiento es bastante bueno, y podría pensarse que los malos momentos del 2016 y 2017 van quedando atrás, sin embargo no puede haber descuidos, y sobre todo se debe garantizar un buen ambiente de confianza y no perder el optimismo. Hay vientos alentadores que ojalá se extiendan durante el próximo año, pero hay variables importantes como el de la reforma tributaria, el anunciado fenómeno de El Niño y los precios del petróleo que podrían generar variaciones en cualquier sentido. Las proyecciones para todo el 2019 fluctúan en crecimiento entre el 3,1% y el 3,5%, y ya la calificadora de riesgo Fitch ratificó la calificación BBB, pero hay que buscar que pronto haya una calificación más satisfactoria.
