Desde hace un tiempo la generalidad de lo que ocurre con la salud en Colombia tiene visos negativos, sobre todo por los problemas que tiene el sistema en el que las EPS son blanco de permanentes críticas de los usuarios, quienes se quejan de la atención deficiente que reciben. No obstante, justo es reconocer que en el caso de Manizales y Caldas no todo lo que pasa en el sector es malo, y que incluso se pueden resaltar logros que tienen impactos positivos para la salud y, sobre todo, para los pacientes, que deben ser siempre lo más importante.
En ese sentido, vale la pena destacar la recuperación de Assbasalud, que durante los años recientes pasó de ser un enorme peso para las finanzas municipales a convertirse en una entidad eficiente, que logra excedentes para reinvertir en mejorar sus servicios. Eso ocurrió con la remodelación de la sede hospitalaria de La Enea, que con cerca de $300 millones de recursos propios tiene ahora una nueva cara, más agradable para los pacientes del régimen subsidiado y para la población pobre no afiliada que busca allí atención. Algunos servicios también fueron mejorados.
Una buena coordinación con la Secretaría de Salud Municipal fue clave para que la Clínica La Enea esté ahora habilitada para urgencias, consultas prioritarias, observación, hospitalización, consultas de salud oral y atención de baja complejidad. Con estos ajustes la alternativa de que allí también se atiendan pacientes del régimen contributivo es posible, y significaría en el futuro nuevos ingresos que ayudarían a tener una calidad creciente en la atención no solo en La Enea, sino en San Cayetano y en los puestos de salud que Assbasalud tiene en la zona rural.
De la misma manera, el Hospital General San Isidro que estuvo desahuciado hasta hace poco ha logrado una importante recuperación, gracias a varias decisiones acertadas como la separación administrativa del hogar geriátrico, que si bien funciona allí mismo es manejado de manera independiente del servicio asistencial general, el cual se presta a distintos actores del sistema de salud. Tal medida y la apertura de nuevos servicios permitieron que en los últimos tres años sus ingresos crecieran en un 110%, y que las posibilidades de mejora sean amplias. Hay que recordar que hasta hace poco era una institución en quiebra, cuya decisión de liquidación estuvo cerca.
Hoy el hospital se ve renovado, con nuevos servicios, mejor dotación tecnológica y una infraestructura en permanente cambio. Ventas de servicios por $9 mil 965 millones el año pasado y un recaudo general por $11 mil 311 millones, hacen que las finanzas del San Isidro gocen ahora de mejor salud y con perspectivas de seguir en ascenso. A esto se suma el nuevo servicio de pediatría de mediana complejidad que comenzará a funcionar en agosto, gracias al convenio suscrito con la Universidad de Manizales, lo que permitirá recuperar la atención a los menores que se había perdido en la ciudad.
Otra buena noticia reciente para la salud de la región fue la certificación que el Ministerio de Salud le entregó al SES Hospital de Caldas para que sea ahora universitario, convirtiéndose en el primero con esa categoría en el Eje Cafetero, y recuperando la denominación que tuvo durante varias décadas del siglo pasado. Antes de este importante logro estuvo la acreditación en salud que recibió en el 2016, la cual abrió la puerta para que este centro asistencial, al lado de las universidades de la región, pueda impulsar procesos de investigación y docencia altamente calificados. Qué bueno sería que las buenas noticias para la salud continuaran, y que la zozobra vivida por tantos ciudadanos que reciben malas atenciones en distintas instituciones de la región sea solo cosa del pasado.
