Fecha Publicación - Hora

No es sensato que gobernantes que tienen la responsabilidad de trabajar con el único propósito del máximo bienestar de los ciudadanos se enfrasquen en discusiones de corte político y personal, que solo alimentan egos y desvían el sentido de la administración pública hacia terrenos alejados del bien común que debería tener. Por eso, hacemos un llamado al alcalde de Manizales, Carlos Mario Marín, y a su homólogo de Villamaría, Andrés Felipe Aristizábal, para que tiendan puentes en lugar de nuevas barreras entre los dos municipios.

Ciertamente estuvo mal que, de manera unilateral, sin tomar en cuenta las opiniones de los demás mandatarios del centrosur de Caldas, Marín haya ampliado el pico y cédula, por ejemplo, que sin duda es bueno para los manizaleños, pero tal vez no para quienes viven en Villamaría. Dos municipios que comparten tantas cosas no pueden darse el lujo de adoptar medidas a la espalda del otro. En este caso era necesario un acuerdo para que ambos centros urbanos tuvieran reglas de juego equivalentes, que evitaran las confusiones de hoy.

El hecho de que, como argumenta Marín, para la Ley Seca del Día de la Madre hubo un acuerdo que luego no fue seguido por algunos alcaldes, no justifica que predomine ahora el desencuentro y se ponga en riesgo la creación del Área Metropolitana que tantos beneficios traería a los ciudadanos de los cinco municipios (Chinchiná, Palestina, Neira, Villamaría y Manizales). En momentos como el actual es cuando más se requiere el trabajo en equipo, con aportes positivos.

Hace un mes, aproximadamente, generó esperanza de integración el anuncio de los cinco mandatarios acerca de su concertación de las medidas por la pandemia. Se habló de una sala de crisis que sirviera para afrontar los momentos más difíciles y resolverlos, pero al parecer el anuncio se quedó en la mitad. Hay que reactivar esos acercamientos, en los que no debe ser obligatorio el consenso, pero sí la discusión franca. Que las decisiones sean producto del diálogo y del respeto.

Lo ocurrido demuestra de manera fehaciente la gran necesidad de dar el paso de crear el Área Metropolitana, instancia que obligaría a todos sus miembros a participar, y que luego por mayoría, sin que el alcalde de Manizales tenga más poder decisión que sus compañeros, se adopten determinaciones para el territorio. En este caso específico en conjunto podrían tomarse medidas adaptadas a las necesidades de cada municipio, sin que se tenga que imponer un solo criterio.

En estas situaciones siempre hay que pensar en las consecuencias que se tendrán en la vida de los habitantes del municipio vecino, y al mismo tiempo cada gobernante velar por el mejor entendimiento conjunto por el bien de los ciudadanos. Por eso, llamamos a que se calmen las aguas, que se reabra el diálogo regional, en el que los mandatarios piensen en el bienestar legítimo de las comunidades.