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Denuncias ciudadanas acerca de la sobrepoblación de perros callejeros en Manzanares, Anserma y Marquetalia, y la atención deficiente en los cosos municipales de esas poblaciones para controlar la situación, llevaron a que LA PATRIA desarrollara un informe que se publica hoy, en el que se aprecia el panorama que podría calificarse de emergencia en el que se hallan numerosos animales sin dueño en todo Caldas. Las respuestas de algunos alcaldes y voceros de las administraciones municipales dejan muchas dudas acerca del interés que se le presta a este problema, que podría tener consecuencias sanitarias de consideración. Heces en la vía pública, malos olores y riesgos por mordeduras son la constante en algunas poblaciones.
Todo indica que, pese a que autoridades locales aseguran que se hacen campañas de esterilización, no se tienen los efectos esperados. Cada vez hay más perros y gatos en las calles, porque incluso algunos que son adoptados vuelven a ser abandonados, según lo aseguran algunos funcionarios. En Manzanares, voceros de la administración aseguran que hay casos en los que vehículos que llegan de poblaciones vecinas dejan animales en costales a la entrada del pueblo, y ya son tantos que incluso han llegado a pensar en sacrificar algunos. Llegar a esto, aunque haya normas que lo admitan en situaciones especiales, sería lamentable, cuando es posible ponerle freno al problema con métodos de esterilización.
En términos generales los cosos municipales de Caldas tienen problemas de personal y dotación, y las políticas para bajar la sobrepoblación de animales están fallando. Tampoco funcionan las sanciones que podría aplicarse a quienes abandonan sus mascotas o que siendo dueños de ellas tampoco ayudan a mitigar los riesgos higiénicos al no recoger las heces dejadas en las calles. Se necesita que los ciudadanos tomen conciencia y se responsabilicen por lo que les corresponde, pero para que ello ocurra también las alcaldías deben ejecutar campañas que generen una sensibilización amplia en este sentido.
Ahora bien, el Código de Policía es claro al exigir que en los municipios haya cosos municipales bien dotados, pero si bien en casi todas las poblaciones de Caldas hay algún lugar destinado a esta función, en buena parte son instalaciones inadecuadas en las que se concentran los problemas higiénicos, y donde también se tiene el riesgo de hacinamiento. La presencia de veterinario, en algunos casos, es esporádica, los cuidadores son insuficientes, y el hecho de que en algunos municipios se cobre por la esterilización de mascotas de los campesinos hace que no se logren los efectos necesarios. Habrá que pensar en fórmulas que le pongan control efectivo al problema.
Es entendible que ante la estrechez presupuestal que hay en los municipios, en general, los recursos destinados a atender este problema no sean muchos, y que haya otras prioridades que deben ser atendidas, pero no solo con dinero se puede hacerle frente a lo que está pasando. Es posible impulsar campañas, hacer conferencias en colegios y hasta ser más estrictos con las multas para quienes incumplan las normas acerca de la recolección de excrementos, por ejemplo, y así generar una cultura con respecto a las mascotas y de paso hacerle frente a los riesgos que ofrece la sobrepoblación de perros y gatos callejeros.

Hay que tomar conciencia de que quien decide tener una mascota es porque se responsabiliza totalmente de su cuidado y está dispuesto a invertir en mantenerla en buenas condiciones, incluyendo su esterilización. Si no se cumple con esto, la posibilidad de que sigan abundando los animales callejeros, pese a todo lo que se haga para ejecutar un control, puede resultar infructuoso. Como sociedad, en este sentido, tenemos mucho por aportar, pero en algunos municipios de Caldas el problema se está saliendo de las manos.