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La cuarentena nacional tiene ya su segundo alargamiento. Inicialmente estaba para terminar el 13 de abril, pero poco antes de cumplirse esa fecha el presidente Iván Duque decidió extenderla hasta el 27, lo cual fue respaldado por todo el país en un sensato acompañamiento a las preocupaciones por la salud pública. El lunes, una semana antes de la fecha límite, el mandatario anunció que el nuevo plazo es 11 de mayo. Decisiones del mismo tipo, con criterios técnicos, han sido necesarias en varios países europeos para buscar la manera de evitar que la pandemia de covid-19 haga colapsar los sistemas de salud.
La apuesta ahora es por un aislamiento preventivo más calculado, que permita también que muchas actividades se retomen siguiendo los respectivos protocolos de seguridad para la salud de los colombianos. La idea es mantener controlado el brote, al mismo tiempo que se le da oxígeno a una economía que en buena medida ha estado paralizada para evitar una expansión exponencial del contagio, pero con enormes pérdidas que se reflejarán en diversas dificultades para todos.
Las cifras que tiene el país en materia de afectados por la pandemia permiten soltar un poco la cuerda y avanzar hacia una etapa en la que el sector productivo, en varios de sus subsectores, puedan retomar el rumbo bajo la conciencia de que mantenerse abiertos será posible si se actúa con gran responsabilidad y se toman todas las medidas pertinentes. Así las cosas, las tareas en obras de infraestructura, construcción y algunas manufacturas tienen que ejecutarse bajo parámetros muy claros.
Es pertinente que no abran todavía los vuelos nacionales e internacionales, como tampoco las comunicaciones terrestre intrarregionales, actividades que deberán mantenerse cerradas hasta que no haya seguridad de que puedan funcionar sin que ello implique altos riesgos. No podemos quedarnos con la economía cerrada demasiado tiempo, porque es insostenible, pero cada paso hay que darlo con mucho cuidado, y con monitoreo permanente.
De hecho, es ahora cuando se necesita practicar más pruebas para detectar posibles casos de la enfermedad, y proceder rápidamente a aislar a los pacientes y desarrollar los tratamientos, por lo que esperamos que los laboratorios habilitados puedan funcionar pronto. Con esta herramienta bien podríamos decir que se estaría evitando un alza desmedida del desempleo, de la pobreza, o una debacle económica. En medio del riesgo, y mientras se tiene una vacuna contra este mal, hay que esforzarse por hallar los caminos que nos brindan cierta normalidad.

Así mismo, la autorización para que a partir del 27 de abril se pueda salir a hacer actividad física tiene que tomarse con gran sensatez, tomando en cuenta que mal manejado eso puede convertirse en un foco de contagio. Por salud mental es bueno que los niños y jóvenes salgan un poco de las casas, pero no puede tomarse dicha posibilidad de manera ligera. El transporte público también debe garantizar que no será foco de la expansión de la pandemia. El reto es ser productivos y saludables a la vez.