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Una semana antes de terminar la extensión de la cuarentena, que irá hasta el 25 de mayo, cundieron ayer versiones acerca de la posible extensión del confinamiento obligatorio hasta el 7 de junio, ante lo cual la Presidencia de la República desmintió que se haya tomado esa decisión, y agregó que será el propio presidente, Iván Duque, quien anuncie lo que vendrá después del lunes. Lo único claro, hasta ahora, es que los mayores de 70 años deberán permanecer en confinamiento hasta el viernes 30 de mayo, igual que los niños de 6 años y menos.

Ahora lo fundamental es que cada decisión que se adopte tome en cuenta las distintas variables en materia de salud y economía, y se busque hallar el camino que arroje mejores resultados para el país. Es cierto que el manejo dado hasta el momento a la pandemia ha permitido que las unidades de cuidados intensivos de los centros hospitalarios tenga una alta disponibilidad para recibir pacientes y que el incremento de los casos se esté dando en forma moderada, en general.

El regreso a clases presenciales en colegios y universidades, la apertura del transporte aéreo y terrestre, así como la libre movilidad entre regiones son asuntos que necesitan un tablero de control muy completo, que contemple toda la información que dé luces acerca de lo que debe hacerse. Ahora bien, todo indica que la mejor manera de acertar en una situación tan compleja como la actual es ir abriendo de manera gradual, hacer seguimiento con buenas mediciones, y luego hacer los ajustes que sean necesarios.

Esta pandemia nos ha enseñado comportamientos básicos que debemos apropiar para mantener alejada la posibilidad de contagio. El lavado de manos permanente, el uso de tapabocas y el distanciamiento social deben ser aplicados por todos los que ahora están saliendo a las calles a desarrollar sus tareas habituales. Lo fundamental, con apertura o sin ella, con extensión o no de la cuarentena, es que debemos acostumbrarnos a una nueva normalidad en la que no falten las conductas de autocuidado.

En Manizales, desde ayer, la Alcaldía tomó la decisión acertada de flexibilizar las medidas de pico y cédula para permitir que la gente pueda salir de manera más ordenada, menos precipitada y evitar aglomeraciones. La ampliación de los horarios de supermercados, tiendas, droguerías y otros comercios, además de los bancos, por ejemplo, es algo que se estaba esperando desde hace días. Ojalá que las entidades financieras abran todas sus oficinas y presten sus servicios de manera adecuada. El nuevo horario para hacer deporte todas las mañanas también también va, aunque podría ampliarse, en la dirección correcta.

Lo que sí nos parece desacertado es que haya incomprensiones entre los alcaldes del centrosur de Caldas, cuando lo que más se necesita es entendimiento. Tampoco es bueno que el alcalde Carlos Mario Marín firme un decreto, luego lo discuta con sectores interesados (debería ser al contrario), y que 48 horas después de creada la norma, en un espectáculo poco seguro para su propia integridad encaramado en una grúa, se haga una divulgación a todas luces insuficiente, tomando en cuenta su aplicación inmediata. En eso, esperamos más sensatez y menos afán de protagonismo del mandatario.