Fecha Publicación - Hora

Se conmemora hoy el Día Internacional de la Mujer, fecha que sirve para reflexionar acerca de todos los vacíos que tenemos en la sociedad alrededor del respeto a sus derechos. Sin embargo, de ese ejercicio de pensar en las evidentes desigualdades entre hombres y mujeres debería llevarnos a tomar acción durante los 365 días del año para que los desequilibrios de siempre sean, por fin, superados. La reivindicación de los derechos y de la igualdad de oportunidades, así como la denuncia de las desigualdades deberían conducir rápidamente a dejar atrás ese exagerado peso de la historia.

Es claro que el origen de esta conmemoración tiene como referente el incendio de la fábrica Triangle Shirtwaist Company, en los Estados Unidos en 1858, donde murieron 146 mujeres trabajadoras. No obstante, fue solo unos 120 años después (1975) que las Naciones Unidas reconoció como justos los reclamos laborales de las mujeres. Para este año la campaña se llama Generación Igualdad con motivo del 25º aniversario de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing (China), principal documento para el empoderamiento de mujeres y niñas del mundo. También este año es el aniversario 20 de la

Resolución 1325 sobre Mujeres, Paz y Seguridad; el décimo de creación de ONU Mujeres y 5 años en ruta hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Pese a los avances alcanzados desde comienzos del siglo pasado, cuando se tomaron las primeras decisiones para cerrar la brecha que afecta a las mujeres, es todavía mucho lo que falta hacer en diversos aspectos. En ese sentido la ONU promueve este año diversos postulados básicos en los que se debe avanzar: corresponsabilidad en los cuidados, denunciar cualquier violencia, reconocer que el género no es binario, exigir igualdad salarial, promover libros y películas feministas y cuestionar la construcción de la masculinidad. La realidad es que los avances han sido lentos, debido a enormes obstáculos en las legislaciones y la cultura, y aun los países más avanzados todavía no pueden asegurar que ya lograron la equidad de género.

Para que esa igualdad sea real y efectiva se necesita el compromiso de los gobiernos, de los empresarios y de las instituciones con mayor influencia en la sociedad para que se pase la página del machismo y de los modelos patriarcales de sociedad, y migrar hacia cambios profundos que frenen las violencias contra las mujeres, se les respeten su autonomía y sus decisiones sobre sus cuerpos. Para avanzar en esta dirección resulta fundamental hacer transformaciones de fondo en la educación de las nuevas generaciones, para que sean posibles los cambios culturales, y castigar severamente delitos como la trata de personas (que afecta principalmente a las mujeres). El respeto de los derechos de las mujeres trans deben considerarse en el mismo plano.

La reflexión social de hoy frente a los derechos de las mujeres también debería llevar a instituciones y grupos sociales que se oponen a que las mujeres puedan ser consideradas iguales, para que recapaciten en la comprensión del necesario reconocimiento de las mujeres como seres humanos, por encima de todo. La dignificación del trabajo del hogar, políticas que propendan por eliminar la dependencia económica de las mujeres e igualdad de oportunidades para llegar a cargos de dirección, con remuneración equitativa, son objetivos claros a los que debe llegarse. La discriminación debe acabarse, no hay razón para que se siga fomentando los desequilibrios que han hecho sufrir a una mitad de la población del mundo.