Para el presidente Castrillón lo sustancial es mostrar cifras en pesos a los accionistas, antes que logros en el campo.

Una vida con escándalos, teniendo condiciones, aparentemente mal explotadas, y en plan de recuperación, como le gustan al presidente...

A Once Caldas lo tratan como plato de segunda mano. Si alguien se atraviesa, o el valor es alto, mueren los intentos.

Por ahora, Presidente, preocúpese por un plantel a la altura de Once Caldas, pagué la deuda con la historia por sus pésimos números.

Dirá el presidente, como siempre, que es una entidad privada, y que sus decisiones son particulares.

Es hora de una gestión administrativa sobre estándares de calidad profesional, no más rezagos de otros equipos.

Demasiados fracasos del proyecto liderado por Tulio Mario Castrillón.

Bien por Sarmiento, acallando voces que buscan el muerto rio arriba, pues si algo se requiere, y debe ser prioridad, es identidad...